'Niños mayores', óleos que retratan la vejez como un tiempo de sueños y ganas de jugar

  • El artista Jason Bard Yarmosky reflexiona sobre los cambios físicos de la vejez entendida como una forma de libertad.
  • Se desliga de las interpretación populares de la belleza y considera un reto artístico pintar el deterioro de un músculo y la flacidez de la piel.
  • Aunque envejecer merma las capacidades físicas, el pintor destaca que es falso que también se reduzcan las ilusiones.
Uno de los cuadros de Jason Bard Yarmosky, autor de 'Elder Kinder'
Uno de los cuadros de Jason Bard Yarmosky, autor de 'Elder Kinder'
© Jason Bard Yarmosky
Uno de los cuadros de Jason Bard Yarmosky, autor de 'Elder Kinder'

"Las imágenes de esta serie se pueden ver como humillantes y también poderosas. El pesimista, agobiado por las convenciones sociales, las ve a través de la lente de la vergüenza y la vulnerabilidad. El optimista ve un sentido de liberación, donde las ganas de jugar y la libertad de la adolescencia complementan la sabiduría de la vejez".

Elder Kinder (Niños mayores) es la colección de óleos más reciente del estadounidense Jason Bard Yarmosky (Poughkeepsie-Nueva York, 1987), un pintor que pese a sus 24 años reflexiona a menudo sobre los cambios físicos y mentales que experimentamos todos con el paso del tiempo.

Desde pequeño, el artista tuvo una relación cercana con sus abuelos -que han colaborado posando para él- y ha sido testigo de "lo ineludible de la vejez en sus cuerpos, a pesar de que la visión que tienen del mundo ha continuado expandiéndose".

Como contraposición, es testigo de cómo la sociedad huye del anciano con la misma intensidad con que celebra al joven.  Yarmosky considera un reto artístico retratar el deterioro de un músculo y la flacidez de la piel "porque cuelgan de la estructura ósea". Declara que no tiene problemas en desligarse de los cánones y que su interpretación de la belleza está lejos de la eterna reproducción de la mujer desnuda y reclinada sobre el sofá.

"Esos sentimientos nunca desaparecen"

Las caras arrugadas de los ancianos aparecen decoradas con orejas de conejo, un antifaz de Batman, pelucas, gafas de bucear... Tienen una actitud juguetona y los años les otorgan impunidad ante la nosmas sociales de vestirse o comportarse de cierta manera. Es como si hubieran regresado a la adolescencia.

Aunque envejecer merma las capacidades físicas y la movilidad sea reduce, el pintor recalca que es falso que también se reduzcan los sueños, las esperanzas y los deseos. "Esos sentimientos nunca desaparecen. Mis padres y mis abuelos tienen tantas ganas como en su juventud de vivir la vida al máximo. Se podría decir que en algunos aspectos incluso hay más compromiso. La implicación de mis abuelos en Elder Kinder es una prueba: la edad parece haberles dado una seguridad que les permite atreverse".

A la pregunta de cómo se imagina dentro de medio siglo, Yarmosky se basa en la experiencia de estos primeros 24 años: "Mi vida será cambio, reto y crecimiento. Ojalá pueda abrazar la vejez del mismo modo que trato de celebrarla en mis trabajos. Puedo estar seguro de mi deseo de pintar como modo de documentar todos los cambios que experimentaré".

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