Valentín García se propone "bajar el nivel de crispación" sobre el gallego y actuar "donde nunca tuvo gran presencia"

Señala que la protesta "continua" hace que la sociedad vea la lengua "como un problema que no es"
O secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, asistirá á presenta
O secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, asistirá á presenta
XUNTA/Photographer: xoan crespo
O secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, asistirá á presenta

"Si por algo me gustaría que me recordasen y si para algo vengo también aquí es para buscar consensos, sitios donde nos podamos entender todos". Tras la marcha de Anxo Lorenzo a la Secretaría Xeral de Cultura, Valentín García ha asumido la responsabilidad del departamento de Política Lingüística con el reto de "bajar el nivel de crispación en la sociedad" respecto al gallego, "si es que la hay", además de buscar "espacios de uso" en sectores donde "nunca tuvo una gran presencia".

Un cargo al que llega entre críticas de los opositores a la política lingüística desarrollada por su antecesor, si bien García ha quitado hierro al asunto y ha contrapuesto a aquellos que le llaman "verdugo" con gente "que tiene su nombre grabado a fuego en la historia del gallego y que su propia existencia marca un antes y un después", como Xosé Luis Méndez Ferrín o Neira Vilas, que le animaron a seguir adelante y lo arroparon en su toma de posesión.

"Las primeras críticas que recibí, en su practica totalidad, son de gente que no sabe cómo trabajo y que ni me conoce de nada tan siquiera", ha señalado, en una entrevista concedida a Europa Press, en la que puntualizó, no obstante, que "cuando se lleva años andando por el camino" ya se conoce "quién anda por él, quién está de paso, quién pasó una vez y marchó y quién está en las orillas tirando piedras".

A pesar de ello, se ve "con capacidad para hablar con mucha gente" y ha ofrecido las "puertas" de su departamento para "limar asperezas", sentarse con todos y actuar en aquellos sectores de urgencia para la lengua gallega.

"No sé hasta qué punto tiene sentido matarnos a debatir sobre un decreto de la enseñanza, cuando en realidad después llegamos a una instalación hospitalaria y una audiencia y ni hay un letrero en gallego. ¿De qué vale gastar todas las energías cuando tenemos muchísimos otros espacios sin atender? Espacios donde trabajar todos juntos, donde nadie pueda meterle el ojo a nadie", ha señalado.

Sin desmerecer la "importancia" del ámbito educativo, García constata espacios "huérfanos" como juventud, nuevas tecnologías, deportes, asociacionismo, justicia, sanidad o sector socio-económico, sobre todo en tráfico de mercancías y de capitales, en los que el gallego "tiene poca presencia" o, en realidad, "nunca tuvo una gran presencia". "Son campos en los que hay que trabajar, queda muchísimo por hacer, donde podemos estar todos, podemos colaborar todos", ha insistido.

Otro de los retos que deberá hacer frente Valentín García será "mantener todas las estructuras" y programas en marcha desde el departamento ante la influencia del "tsunami económico", a pesar de que se han visto obligados a "recortar" y "poner menos dinero donde antes había más".

Algunos de los afectados han sido los equipos de dinamización lingüística de los centros, con una caída de casi el 70 por ciento, si bien han sido de "los primeros" con los que se ha reunido desde su llegada a la Secretaría Xeral para explicarles la situación, que "se va a revertir" cuando las condiciones "mejoren".

Un caso diferente, ya que los equipos de los centros no ven peligrar su existencia, son los servicios lingüísticos municipales que han tenido que echar el cierre por la pérdida de las subvenciones y que en la nueva convocatoria de ayudas, "pendiente de resolver", apuestan por fórmulas "agrupadas" para reabrir esta prestación entre varias entidades locales pequeñas.

A mayores, la línea programática que se marca el Secretario Xeral pasa por frenar la caída de hablantes, sobre todo "en la juventud", para lo que ve urgente presentar una visión "atractiva" del idioma frente una sociedad "cada vez más selectiva" y actuando en ámbitos como las redes sociales y nuevas tecnologías, partiendo de un diagnóstico real y no de una situación "idílica" en la que "la inmensa mayoría" quiere hablar gallego y está concienciada de ello.

Entorno plurilingüe

"Tenemos que concienciarnos de que vamos a movernos en un entorno plurilingüe, ya no bilingüe", señala, para avisar de que "vendrán muchas más" lenguas en el futuro. Por ello, apuesta por aprovechar la "tremenda ventaja" de poseer una lengua propia y que da la "oportunidad de interactuar con 270 millones de personas" de la lusofonía.

"Somos muy poco conscientes de que un empresario gallego que quiera hacer una prospección económica a Brasil no necesita llevar ningún intérprete", ha ejemplificado, por lo que insta a "explicar" a la sociedad que posee una lengua que representa "una ventaja, no un problema".

Por ello, ve necesario regresar al consenso lo antes posible ya que "esta protesta continua en la que está el mundo de la lengua lo que hace es transmitirle a la sociedad el sentir mayoritario de que es un problema, cuando en realidad no lo es. Así, urge a "sacarlo de la trinchera mediática", al advertir de que es "una lengua de todos" que requiere de impulso y ámbitos de uso.

"nunca hubo imposición"

Esta situación, según considera Valentín García, no se produjo a partir de una "imposición" del gallego como denuncian algunos sectores, sino por "un conflicto generado" a partir de la aprobación decreto 124/2007 del gallego en el sistema educativo, que supuso una "ruptura" entre las principales fuerzas políticas y "generó un estado de cosas, un estado político de reacción en cadena", que "tuvo sus consecuencias". "Nunca hubo imposición de nada".

Del mismo modo, tampoco cree que el llamado decreto del plurilingüismo haya "recuperado" ese consenso ni que sea su objetivo, sino que representa un simple "marco normativo" adaptado a los cambios de la sociedad.

"Lo que hay que hacer es calmarse, responsabilizarse un poco todos los actores en materia lingüística, porque en la sociedad no hay conflicto alguno, sigue habiendo tanto consenso como había antes", ha señalado, recordando que "los temas de lengua no se utilizaban políticamente".

Respecto al decreto en vigor, García asegura que "se está cumpliendo en todos los centros, no hay ningún expediente abierto" ni "reclamación alguna por parte de los padres", ni "nada que indique que esté causando problemas".

En este sentido, ha defendido que asienta un marco global de espacio entre gallego, castellano y lengua extranjera, regulando "en cada caso" y en el plan lingüístico de centro en función de la situación idiomática del entorno, con el fin de "equilibrar".

"No es lo mismo un colegio en Monte Alto de Coruña que otro en Mazaricos. Tiene que ser regulado por la comunidad educativa del centro. Pero el sistema educativo en sí tiene que ser homogéneo. No se puede hacer uno para las ciudades grandes y otro para las pequeñas", ha sostenido.

No está prevista una consulta

También ha animado a "quitar hierro" a cuestiones como la consulta de idioma, "que no está previsto hacerla", o el cambio de normalización por dinamización lingüística, que achaca a los cambios sociales y que se trata de una etiqueta "más amable", lo que no implica que sean programas diferentes. "A nadie le gusta que le digan que lo van a normalizar", ha afirmado.

Finalmente, se ha mostrado convencido de que se puede alcanzar al calma con el Gobierno del Partido Popular "o con cualquier otro partido".

"Siempre que tengas un proyecto, una visión, algo que hacer respecto al gallego, estas puertas están siempre abiertas para pensar, para dialogar con todo el mundo y yo creo que esa debe ser la política lingüística. En primer lugar, hablar y lo segundo más importante es escuchar. Los unos a los otros. Y ver que no somos enemigos. Podemos ser adversarios pero en la lengua no hay contrarios, lo único que hay son gallegos que hablan gallego", ha concluido.

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