Los trabajadores de la planta de Haulotte en Puente San Miguel creen que el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, les hace "flaco favor" al reclamar a la empresa que devuelva el dinero público de los incentivos regionales que le concedió el Estado para favorecer su implantación, y que la Dirección asegura que no llegó a recibir nunca.

Con esto, lo que se hace es "poner trabas" al proceso, ha advertido en declaraciones a Europa Press el presidente del Comité de Empresa, Miguel García.

Trabajadores y empresa han mantenido este viernes su primer contacto después de que Haulotte anunciara el cierre de su planta de fabricación de carretillas elevadoras en Puente San Miguel, y con ello el despido de sus 72 empleados.

En ese encuentro han constatado, por un lado, que el cierre es "irreversible" e "irrevocable" —"Vienen a cerrar y vienen a cerrar"—, pero, por otro, que la empresa no ha recibido los Incentivos Regionales, pues estaban ligados a objetivos de creación de empleo que no se llegaron a alcanzar.

En julio de 2007, el Ministerio de Economía y Hacienda concedió a Haulotte, dentro de los Incentivos regionales, una subvención de 392.600 euros para un proyecto en la fábrica de Reocín, que contemplaba una inversión de 7,8 millones de euros y la creación de un centenar de puestos de trabajo, que ahora reclama el Gobierno regional —pese a ser fondos estatales, la tramitación la hacía la comunidad autónoma—.

Los trabajadores ya piensan en las movilizaciones de protesta. De momento, este mismo domingo participarán en la manifestación contra la reforma laboral en Santander.

Con todo, el jueves habrá un nuevo contacto con la empresa, y, a partir de ahí, se pensará en las "medidas oportunas", apuntan desde el Comité de Empresa.

La planta de fabricación presentó ya en el año 2009 un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ante la disminución de su actividad.

La fábrica, dentro del Parque Empresarial Besaya, se inauguró en marzo de 2007, con la previsión de crear 600 empleos directos y más de 1.000 indirectos.

Esta planta surgió del acuerdo entre Haulotte Group y el Gobierno de Cantabria, firmado en París el 19 de abril de 2006 por la vicepresidenta regional. La fábrica comenzó a construirse en agosto de 2006.

Haulotte cuenta en el Parque Empresarial Besaya con una parcela de 62.000 metros cuadrados.

La planta de Reocín supuso una inversión total de 20 millones de euros y se estimó que a pleno rendimiento supondría el 30% del total la actividad del Grupo Haulotte, arrojando una facturación de entre 1.500 y 2.000 millones de euros.

La firma francesa Haulotte ha justificado la decisión de cerrar en los malos resultados económicos que la planta arrastra desde el principio de su actividad en España, cifrando en 20 millones de euros las pérdidas en los últimos cinco años.