Niños celíacos: cómo hacer una vida normal en el colegio

El celíaco es una persona que presenta intolerancia permanente al gluten, una proteína presente en algunos cereales como trigo, cebada, centeno y, posiblemente, avena. La intolerancia al gluten o enfermedad celíaca se estima que la padece un 1% de la población.

El número de escolares celíacos ha aumentado notablemente en los últimos años. Su tratamiento es muy sencillo: consiste en eliminar de la dieta los alimentos que contienen gluten. Por eso, las cautelas en el colegio deben centrarse en el comedor escolar y en las celebraciones de los pequeños.

El Defensor del Menor de Madrid edita ahora una guía elaborada en colaboración con la Asociación de Celíacos de Madrid. El niño celíaco en el colegio permite conocer las peculiaridades de la enfermedad y cuáles son los alimentos que no puede ingerir un niño celíaco.

También ilustra sobre la detección de la enfermedad, los síntomas, el tratamiento a seguir o cómo influye en la vida social y escolar del niño afectado, para que pueda asistir a fiestas de cumpleaños o compromisos escolares, siempre que los responsables sepan que no debe saltarse en ningún caso la dieta.

Los síntomas de la enfermedad celíaca en el niño son:

El único tratamiento posible es la supresión total de la dieta de los alimentos que gluten, pero no debe hacerse nunca si el niño no ha sido correctamente diagnosticado.

El niño celíaco debe saber qué le sucede y los padres deben hablarle de su enfermedad lo antes posible, de forma clara y respondiendo a todas sus dudas.

De igual modo, los profesores deben conocer la situación y es conveniente que los padres aporten al colegio alimentos que el niño pueda tomar en situaciones especiales: celebraciones de cumpleaños, premios, actividades, etc. También es muy importante que los compañeros del niño conozcan su enfermedad para crear un clima de solidaridad y respeto.

Pero lo más importante es el control en el comedor escolar y los padres deben cerciorarse de que la empresa, los auxiliares y los cocineros estén preparados e informados.

Es fundamental que el niño se sienta integrado, que no se le separe de sus compañeros a la hora de comer sino que se le vigile los primeros días, fomentando su propia responsabilidad.

Si se produce una ingesta de gluten, es importante averiguar por qué: error en la manipulación de los alimentos por parte del personal del comedor, a la hora de servirlo por no estar adecuadamente marcado o ingesta voluntaria del niño.

Pan y harinas de trigo, centeno, cebada y avena; bollos, pastas italianas, pastas de sopa, galletas, bizcochos, magdalenas y pastelería en general; sémola de trigo; productos manufacturados en cuya composición entren cualquiera de harinas citadas; alimentos malteados; chocolates (excepto si existe declaración expresa del comerciante); infusiones y bebidas preparados con cereales: malta, cerveza, agua de cebada.