El secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha declarado que aún no tiene decidido si irá o no a alguna de las manifestaciones que los sindicatos han convocado este domingo, 11 de marzo, en contra de la reforma laboral, ya que, según ha subrayado, tiene "muy claro" que no quiere restar protagonismo ni a los convocantes ni a los ciudadanos.

Así ha respondido el socialista a preguntas de los medios durante la visita a las obras del Circo Romano de Toledo, donde además ha señalado que el que "más ganas" tiene de que haya dirigentes socialistas en esta manifestación es el Gobierno del PP, "para seguir echando la culpa al PSOE de todo".

García-Page ha reiterado que actuará "como más le convenga a los convocantes" y ha afirmado que él defiende que "la función de los partidos políticos está fundamentalmente en las instituciones", aunque ha añadido que también defiende "el derecho de cualquier dirigente político del PSOE o de cualquier partido a acudir" a esta convocatoria.

En este sentido, ha asegurado que "habría muchos dirigentes del PP que sería bueno que fueran porque muchos coinciden" con la opinión del PSOE sobre la reforma laboral, solo que ellos han aplicado "la disciplina de partido".

Fecha polémica

Sobre la polémica surgida en relación a la fecha elegida por los sindicatos para llevar a cabo esta manifestación —que coincide con el aniversario de los atentados en los trenes de Madrid—, García-Page ha declarado estar seguro de que "la elección de la fecha ha sido de buena fe".

Asimismo, ha añadido que no cree que "nadie esté pensando en algo distinto que protestar por una reforma laboral que es auténticamente descabellada y brutal".

Por último, ha subrayado que es una fecha en la que todo el mundo va a recordar "lo que pasó", pero en la que también la gente "seguirá viviendo", al tiempo que ha señalado que "a veces se quiere convertir a los trabajadores o manifestantes en poco más o menos que delincuentes".