El furtivismo en O Burgo pone en pie de guerra a las mariscadoras

Crearán grupos de vigilancia a pie de playa. La campaña de la almeja y el berberecho corre peligro con más de 50 ilegales al día.
Las mariscadoras de O Burgo se tomarán la justicia por su mano para hacer frente al furtivismo: han decidido hacer guardia a pie de playa para poner freno a un problema que pone en peligro el modo de vida de más de 200 familias y el futuro de las especies de almeja y berberecho que se crían en la ría.

Así, el próximo 3 de julio celebrarán una asamblea en la Casa del Mar, donde se repartirán los turnos para combatir a los más de 50 ilegales que se citan cada día en la ría. Y mientras Policía Autonómica y Guardia Civil miran para otro lado, denuncian en la cofradía, los servicios de vigilancia del pósito son recibidos con insultos y piedras por parte de los ilegales.

Pero si hay algo en peligro, es la próxima campaña. «En los muestreos de los últimos tres meses, los biólogos no han recogido ni una sola pieza que cumpla la talla mínima», alerta Fina Díaz, patrona de la cofradía. «Y si los furtivos siguen llevándose las crías, no podremos abrir la veda en septiembre», advierte.

Madrid debatirá sobre Langosteira

Los mariscadores y percebeiros de Langosteira afectados por la construcción del puerto exterior también anuncian guerra para los próximos días si el Ministerio de Fomento, que se reúne mañana en Madrid, no aprueba las indemnizaciones de 200 millones en compensación por la desaparición de su zona de trabajo.

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