Técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente, acompañados por el escultor José Planes Lastra, han comenzado esta mañana el traslado del célebre monumento a Ricardo Codorniú para su rehabilitación integral.

La escultura se encontraba al pie del gran ficus de la plaza de Santo Domingo y, tras diversas actuaciones, necesita ser sometido a una profunda rehabilitación, según han informado fuentes municipales en comunicado.

Los técnicos han procedido a separar la pieza de su base, una gran losa de piedra de Abarán enterrada en uno de los parterres de la plaza. Durante los trabajos se ha descubierto que la base se encontraba vencida, lo que había provocado la inclinación de la escultura.

La obra fue inaugurada en 1926 para honrar a uno de los murcianos y naturalistas más célebres de la época. A él se debe la reforestación de Sierra Espuña y la recuperación de numerosas especies del entorno (águila real, águila perdicera, cernícalo, murciélago de herradura, gato montés, lagineta, arruí).

El monumento, además, es obra de uno de los más grandes escultores murcianos de todos los tiempos. Se trata de José Planes, quien inmortalizó a Codorniú en piedra. La obra se colocó a los pies del popular ficus, que fue plantado en 1893.

La restauración de la obra estará a cargo del nieto del escultor, José Planes Lastra, también escultor y especializado en la obra de su abuelo. El proyecto podría estar concluido para la celebración del Día Mundial del medio Ambiente, el próximo 5 de junio.

El proyecto es fruto de la colaboración de la Concejalía de Medio Ambiente, que dirige Adela Martínez-Cachá, y el programa Murcia Escultura, dirigido a la recuperación del patrimonio histórico de la ciudad de Murcia.

Ricardo Codorníu y Stárico, abuelo del inventor del autogiro, fue ingeniero de Montes y el más firme defensor del Medio Ambiente y el cuidado de la naturaleza, lo que le convirtió en el principal impulsor de la reforestación de Sierra Espuña y de Guardamar.

Su interés por concienciar a los ciudadanos de la necesidad de preservar el medio natural, lo que le valió el sobrenombre de Apóstol del Árbol, se tradujo en centenares de conferencias y la publicación de diversas obras.

Tras su muerte en 1923 se le tributaron diversos homenajes, entre ellos la colocación de varias esculturas en el Parque del Retiro, en Madrid, Sierra Espuña y la plaza de Santo Domingo, en Murcia.