Empezó a pintar sobre los bolardos de París en el año 2007. Nadie los usaba entonces como medio para expresar ideas artísticas, pero Olivier D'Hort (El Havre-Francia, 1968) ardía en deseos de dibujar ojos en las esferas que copaban las barras, "quería que los bolardos me miraran al pasar junto a ellos".

Comenzó a escribir la palabra cíclope al pie de cada poste, como catalogándolos dentro de una especie mitológica renacida. Las criaturas, de mirada silenciosa y expresiva, lo hicieron conocido y Le Cyklop terminó por convertirse sin querer en el pseudónimo del artista.

Además del color -valiéndose de plantillas y espray- en sus intervenciones no añade ningún elemento a la forma del bolardo. Es diseñador gráfico y se deja inspirar en sus trabajos por el arte contemporáneo, los cómics y la cultura popular.

Ha hecho series de monstruos de dibujos animados, animales, hombrecillos de Lego... Lo clandestino de la tarea le ha obligado a diseñar formas simples y efectivas para huir con rapidez.

Sin embargo, la popularidad que ha ido ganando en estos años lo ha convertido en un artista estrella del arte callejero y no siempre tiene que trabajar en la clandestinidad. Sus bolardos-cíclope se han expuesto en galerías y festivales. También ha trabajado con colegios. "Los niños convirtieron cien postes en monstruos. Fue gratificante verlos reapropiarse del espacio público".

Aunque el grueso de los cíclopes está en París, el artista ha trabajado también en Berlín y en Bruselas y espera tener la oportunidad de decorar bolardos españoles muy pronto.

Se siente halagado. Los que descubren uno de sus bolardos -o una fila de ellos- se paran, se hacen fotos, juegan, les añaden un sombrero, les acarician la cabeza...

Incluso existe un portal de Internet que juega a cazarlos. GeoCyKlop es un grupo de más de 200 parisinos que buscan las creaciones de D'Hort para geolocalizarlas y poder llegar a ellas con un smartphone.