César Guerrero y su mujer no pueden pagar la hipoteca de su piso en el barrio de la Florida de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) desde abril del 2010. Por eso ahora la entidad con quien tienen el préstamo, Catalunya Caixa los quiere desahuciar y les reclama 252.880 euros en concepto de capital prestado, 75.865 por intereses y 26.144 en concepto de costas de procesos judiciales, según Guerrero. Como medida de protesta desde esta lunes acampa delante de una sucursal en el barrio de Sant Josep de la segunda ciudad de Cataluña, en horario de oficina, entre las 10 y las 14 horas.

"No puede ser que, encima que me echan de casa, me reclamen una deuda de más de 350.000 euros, que no podré pagar en la vida", ha denunciado esta afectado por la hipoteca. "Nos están arruinando la vida de esta forma, porque no tenemos derecho a ser ciudadanos", ha explicado, añadiendo que "nos están perjudicando la vida y destrozando la salud, y no lo permitiremos".

Guerrero, padre de dos hijos de siete y cinco años, tiene el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, muy activa en esta urbe. Piensa seguir acampando hasta que la entidad acepte la dación en pago de su casa. Y no descarta iniciar una huelga de hambre si la próxima semana el banco todavía no se ha dignado a escucharlo. "Hemos intentado negociar pero no quieren acceder a ninguna solución", asegura el hombre.

Los responsables de la oficina han declinado hacer declaraciones. La han cerrado cuando han visto aparecer a Guerrero. Algunos clientes se sorprendían esta lunes cuando querían entrar y se encontraban un cartel que indicaba que la entidad se encuentra "temporalmente fuera de servicio". Dentro estaban los empleados y un vigilante de seguridad.

Guerrero, a pesar de todo, se ha mostrado determinado a seguir protestando. "Para ir a dormir debajo de un puente, prefiero dormir aquí, donde está la gente que me está perjudicando", ha declarado. "Si me denuncian y me meten en prisión, al menos tendré un techo para dormir y comida; si me echan fuera de casa y me reclaman una deuda no tendré techo", ha añadido.

Guerrero llegó al L'Hospitalet proveniente de Ecuador en 2002, ha explicado, y se compró el piso por 261.00 euros gracias a una hipoteca de Catalunya Caixa. Ha pagado, siempre según él, 90.000 euros, en cuotas mensuales que llegaron a los 1.647 euros. En abril de 2010, su esposa, que había trabajado haciendo de asistenta doméstica, perdió el trabajo. Entonces, dejaron de pagar. Poco después, el hombre también perdió su empleo, en un taller de neumáticos. Hasta entonces cobraba entre unos 2.000 y unos 2.500 euros - dependiendode las horas extras que hacía cada mes.