Los profesores españoles, a examen: ¿cojea el sistema de evaluación de los docentes?

  • EE UU ha abierto el debate de la evaluación de los docentes al publicar una lista de profesores en los que se les valoraba en función de las notas de sus alumnos.
  • La educación primaria o secundaria en España carece de sistemas oficiales de evaluación, lo más similar son las inspecciones educativas.
  • Las universidades españolas tienen programas de evaluación docente en los que los estudiantes evalúan a sus profesores a través de encuestas.
Una alumna levanta la mano en clase durante una explicación del profesor.
Una alumna levanta la mano en clase durante una explicación del profesor.
GTRES
Una alumna levanta la mano en clase durante una explicación del profesor.

EE UU ha desatado la polémica en torno a los sistemas de evaluación de los profesores. El Ayuntamiento de Nueva York se ha visto obligado, por decisión judicial, a publicar hace unas semanas las evaluaciones de 18.000 docentes de escuelas públicas. En ellas, los profesores obtenían una puntuación determinada en función de las notas que sacaban sus alumnos en dos exámenes: uno de matemáticas y otro de comprensión lectora.

Para los profesores españoles de primaria y secundaria, el sistema americano cojea, puesto que los docentes deberían ser evaluados no solo de manera cuantitativa (a través de los resultados de sus alumnos), sino también de manera cualitativa (lo que aporta ese profesor a sus alumnos y al centro).

El sistema de evaluación de la docencia en España no existe (de manera oficial) en todos los niveles educativos. Así, mientras que en primaria y secundaria lo más similar a una evaluación es la inspección educativa, el sistema universitario español tiene instaurado un sistema de control de sus docentes en el que participan también los alumnos.

Primaria y secundaria

Los docentes de educación infantil, primaria o secundaria carecen de una evaluación propiamente dicha. "Cada docente tiene el control del director del centro, que supervisa el cumplimiento de los horarios, el programa, la corrección de los exámenes..., y luego está la denominada inspección educativa, encargada de hablar con la dirección del centro y de revisar toda la documentación sobre los docentes", explica a 20minutos.es Carmen Guaita, vicepresidenta del sindicato independiente de profesores ANPE.

La consecuencia mayor de esta inspección en colegios e institutos es la apertura de un expediente al profesor que no cumpla sus tareas. Guaita, partidaria de una mayor implicación de la inspección educativa en los centros, indica que los inspectores "controlan sobre todo a los centros, pero no hay una evaluación oficial e individual de los docentes", zanja. "La evaluación del profesor es muy difícil, entran en juego muchas variables ya que se está evaluando un proceso muy largo", indica.

¿Sería necesario en España un sistema de evaluación parecido al estadounidense? Aunque algunos profesores reconocen que examinar a los docentes en primaria y secundaria implicaría que hubiera más inspectores educativos, sí creen que una herramienta de evaluación ayudaría a mejorar la calidad del profesorado en España.

"Las evaluaciones hay que hacerlas, pero no pueden tenerse en cuenta solo las notas de los alumnos", matiza Carmen Guaita. Según esta profesora los exámenes deberían evaluar además "el interés del profesor en su formación, su implicación en programas de innovación del centro, el número de propuestas o proyectos que él mismo presente o su disponibilidad con respecto al alumnado", enumera esta profesora.

Para que estas evaluaciones se lleven a cabo, los docentes piden una mayor presencia de la inspección educativa en los centros: "Tendrían que conocer más de cerca lo que se hace en los colegios e institutos", reclama Guaita. "Una evaluación del profesorado es necesaria si queremos que los docentes tengan una carrera profesional", concluye.

La evaluación en la Universidad

En el ámbito universitario español sí existe un sistema de evaluación docente. Las pautas y criterios de estos programas las marcan las autonomías, y de la certificación de estas evaluaciones se encarga ANECA, la Agencia Nacional de Evaluación y Calidad de la Enseñanza (creada  en el año 2002). Esta agencia, a través del programa Docentia, tiene como función "apoyar a las universidades para que diseñen mecanismos propios que valoren la calidad de la actividad docente de su profesorado", indican en la página web de esta agencia.

En un nivel supraestatal está la agencia europea ENQA, que engloba a los países del Plan Bolonia y se encarga de supervisar la calidad de la educación pública universitaria en esos estados. Para José Luis Castillo, coordinador de evaluación de profesorado de ANECA, "los sistemas de evaluación de los docentes en las universidades son muy dispares", comenta.

Un ejemplo de estos sistemas de evaluación sería el que realiza la Universidad Complutense de Madrid. Con carácter voluntario, este programa evalúa a los docentes a través de diferentes herramientas: encuestas a los estudiantes, autoinformes del profesor, informes de la sección o departamento, la información remitida por los decanos o el rectorado de la Universidad, así como datos objetivos de matrícula, las notas de sus alumnos o si hay algún repetidor. Los cuestionarios que elaboran los estudiantes son confidenciales y tienen como  finalidad recoger su opinión sobre la calidad docente de los profesores.

El programa actual de la Complutense, Docentia, lleva en vigor desde el curso 2008-2009, "aunque previamente hubo algún curso piloto y otros programas de evaluación docente que no se realizaban de forma sistemática", comenta Alfredo Pérez, coordinador del programa. A este programa, de carácter anual, se presentan voluntariamente unos mil profesores de media.

En este sistema, el profesor selecciona las asignaturas (obligatorias, troncales u optativas) y grupos (hasta un máximo de 3) de los que desea evaluarse. La finalidad de estas evaluaciones es puramente orientativa: con los resultados en la mesa, la Comisión de Calidad del Profesorado (formada por vicerrectores, decanos, profesores e incluso estudiantes) es quien le comunica al profesor la valoración global obtenida y le aportará recomendaciones en las áreas en las que debe incidir más para mejorar.

En la Universidad Autónoma de Madrid los cuestionarios que se pasan a los alumnos son "como un muestreo, la información obtenida llega a los departamentos y en cada uno se sabe la valoración de cada miembro". La Universidad Carlos III de Madrid, por su parte, realiza cada año dos campañas de evaluación de alumnos a profesores, a modo de "encuestas a los docentes".

En el caso de la Complutense, los objetivos de estas evaluaciones a medio y corto plazo son claros, según indica la web del programa Docentia de la Universidad: "Identificar y difundir las buenas prácticas docentes, así como acreditar y promocionar a aquellos profesores mejor valorados en el programa". Alfredo Pérez, coordinador de Docentia en la Complutense, insiste en que estas evaluaciones "no se hacen con carácter sancionador, aquí lo que se pretende es potenciar lo bueno y corregir lo malo".

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