Una pasajera española del crucero 'Costa Allegra' reconoce haber pasado "un susto grande"

El crucero 'Costa Allegra'.
El crucero 'Costa Allegra'.
GTRES
El crucero 'Costa Allegra'.

Una de las pasajeras españolas afectadas por el incidente del Costa Allegra ha reconocido haber pasado "un susto grande" cuando tomó conciencia de que el buque en que viajaba se encontraba a la deriva, aunque ha señalado que "lo más duro fue cuando se quemaron los generadores".

En declaraciones a Radio Nacional, la viajera reconoció, no obstante, la "buena" labor de la compañía y la tripulación. "Lo han hecho bien, porque más no podían (hacer)", ha dicho. La nave en la que viajaba esta ciudadana española partió el pasado sábado de Diego Suárez y se dirigía al puerto de Victoria (Mahé, Seychelles), donde tenía previsto llegar este martes, pero un incendio en la sala de generadores eléctricos ubicada en la popa, dejó al barco a la deriva en el Índico.

El fuego fue extinguido en menos de una hora, "pero los pasajeros estaban alertados para abandonar la nave en las lanchas salvavidas si hubiera sido necesario". Así lo afirmó el comandante del crucero, Nicolo Alba, en una rueda de prensa, transmitida por televisión, celebrada en la isla de Mahé, la mayor del archipiélago de las Seychelles, donde arribó el buque, en el que se declaró el incendio a las 13.40 horas del pasado día 27.

Tras el incendio -explicó Alba-, "el crucero pudo navegar durante 24 horas mediante un motor diesel de reserva alimentado con baterías pero tras 3 o 4 horas sufrió una avería que no fue posible reparar y después, permaneció durante otras 24 horas sin ningún tipo de propulsión".

Nicolo Alba aseveró que "cuando quedamos sin energía eléctrica supimos que estaríamos en una situación incómoda, pero no se pudo hacer de otra manera". Una vez que la nave se quedó sin propulsión, la prioridad para el comandante -según dijo- fue la de que el Costa Allegra fuera remolcado a tierra en el menor tiempo posible. "Sabíamos que con los remolcadores se ahorraría tiempo, pero hubo una incompatibilidad técnica con el primer remolcador".

Por tanto, -explicó- el comandante decidió que la nave fuera arrastrada por el pesquero de altura francés Trevignon "y la operación se ha desarrollado con total seguridad, como el desembarco de este jueves". El comandante quiso dejar claro que en ningún momento hubo dejación de funciones y que en el crucero perteneciente a la naviera Costa Cruceros se actuó de acuerdo a todos los protocolos internacionales.

"Hemos actuado respetando todas las medidas internacionales, hemos dispuesto la evacuación, avisado a Capitanearía y a las autoridades. Después la emergencia fue declarada con el procedimiento para una posible evacuación en las lanchas salvavidas" refirió.

El comandante del crucero afirmó que los mayores problemas fueron causados de la falta de energía eléctrica, porque "tras 24 horas se acabó la batería de emergencia", lo que supuso para los pasajeros soportar temperaturas de 30 grados en el exterior, porque el interior resultaba sofocante, y alimentarse de comidas frías.

Nicolo Alba felicitó a la tripulación del barco por su actuación "porque se han comportado todos de forma egregia y han actuado como grandes profesionales". Costa Cruceros, como medida de precaución, decidió entonces desalojar a los pasajeros en el destino que ofreciera su mayor seguridad. Aunque en un principio la compañía decidió desembarcar en la isla Desroches, finalmente consideró "más seguro" realizar el desalojo en el que era su destino inicial, Mahè.

600 plazas de avión para los afectados

Asimismo, la compañía ha asegurado que, hasta el momento, más de 600 plazas de avión han sido compradas para los pasajeros afectados, así como más de 400 habitaciones de hotel reservadas para las posibles necesidades de alojamiento.

Los miembros del equipo de atención ubicados en la isla se están encargando de la organización de un servicio de acogida en tierra y organizando vuelos chárter para que los cruceristas puedan volver a sus países de origen de acuerdo a las diferentes necesidades.

A bordo del barco viajan 636 pasajeros de diversas nacionalidades y 413 tripulantes. Entre ellos se encuentran 15 españoles, entre ellos tres catalanes (uno de Girona y dos de Vic), cuatro de Las Palmas de Gran Canaria, dos de Cádiz, tres de Ibiza, dos de A Coruña y uno procedente de Madrid. Todos ellos están siendo atendidos y se encuentran "en perfecto estado" como el resto del pasaje.

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