«Reto a la comunidad científica del cáncer a investigar lo que digo»

Un médico vallisoletano pide a los científicos que analicen el Heliotropium, con lo que, asegura, curó cánceres hace 50 años.
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Lo primero que nos pide es que no veamos en él a un anciano de 81 años, sino al joven investigador que fue cuando descubrió, en 1954, las propiedades curativas que una planta, el Heliotropium europeaum, tiene contra el cáncer.Asegura que tantos años de silencio han sido fruto de la desesperación de quien cree haber descubierto algo importante y es silenciado. Ahora, nos cuenta, no quiere morirse sin volver a intentarlo. «No busco dinero, sólo quiero retar a los investigadores para que estudien, ya que a mí me faltan fuerzas, que lo que digo es cierto, ¿qué tienen que perder?», se pregunta.
Pedro Paniagua relata cómo al hacerse público su descubrimiento vinieron a buscarle de los Estados Unidos y le ofrecieron ir allí a seguir con las investigaciones; sin embargo, el Gobierno le negó el visado y le «sugirieron» que abandonara el laboratorio.

Casos reales

«Curé a mi madre y con eso me doy por satisfecho», y junto con ella asegura que trató a más de diez pacientes, con nombre y apellidos, que ‘robó’ en la clínica de un amigo suyo. La clave de las curaciones está en el Heliotropium europeaum, una planta que ya utilizaban desde la antigüedad chamanes de todo el mundo. La teoría de Pedro surgió de la idea de que una verruga es un cáncer y aquel medicamento que lograra curar las verrugas trataría también el cáncer. Encontró en Andalucía a un especialista en tratar verrugas y, aunque sus investigaciones son más profundas y aseguraban ya hace años que el cáncer es hereditario, infeccioso y producido por un virus, mantiene que un macerado de la planta irrigado por vía rectal es capaz de curarlo.

«Poco científico, no descabellado»

La Sociedad Española de Oncología Médica observa que los casos, de hace 50 años, son hoy día –la mayoría de ellos– considerados de bajo potencial maligno. Creen que es irresponsable generar esperanza social cuando no se ha empleado una metodología científica. «Hay que hacer cultivos celulares, estudios preclínicos, publicarlo y sólo después de obtener resultados positivos durante años se pasa al estudio en seres vivos», asegura César A. Rodríguez. «Descabellado no es –afirma–. Muchos de los fármacos son de origen vegetal y algunos de los medicamentos utilizados contra el cáncer se obtienen de un árbol, el tejo». Invitan a Pedro Paniagua a que envíe sus conclusiones a los laboratorios para que, si existen indicios racionales de actividad antitumoral, comprueben lo que dice. «Ése es el camino y no la prensa».

Bio. Tiene cicatrices, recuerdo de su época como médico militar en África. Fue profesor de Farmacología en la Universidad de Valladolid.

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