La trata de niñas de Nepal para circos de la India, un negocio lucrativo para muchos

  • Hay cientos de niñas nepalíes en condiciones deplorables tras ser vendidas por sus padres a dueños de circos.
  • La organización Esther Benjamin Trust trabaja por rehabilitar a las menores.
Imagen de archivo de varias mujeres toman un baño sagrado antes de ayunar durante la festividad de Rishi Panchami a orillas del río Bagmati en Katmandú (Nepal).
Imagen de archivo de varias mujeres  toman un baño sagrado antes de ayunar durante la festividad de Rishi Panchami a orillas del río Bagmati en Katmandú (Nepal).
Narendra Shrestha / EFE
Imagen de archivo de varias mujeres toman un baño sagrado antes de ayunar durante la festividad de Rishi Panchami a orillas del río Bagmati en Katmandú (Nepal).

Nepal es uno de los países más pobres del mundo y la frontera que comparte con la India ha facilitado que, al hilo de la emigración legal, florezca un lucrativo tráfico de menores para que trabajen en circos de la potencia vecina.

Sarwati Adhikari es un caso paradigmático: con ocho años fue vendida a un circo indio para hacer juegos malabares, con 14 la forzaron a casarse y hace dos, una vez que se quedó viuda, los hermanos de quien fue su marido comenzaron a maltratarla. En su ayuda llegó la organización Esther Benjamin Trust, con sede en Londres y que desde 2002 trabaja para rehabilitar a las menores empleadas en circos de la India, donde hay cientos de niñas nepalíes en condiciones deplorables tras ser vendidas por sus padres.

Según el promotor de la ONG, el británico Phillips Holmes, que la creó en honor a su difunta esposa, unas 350 niñas han sido rescatadas entre 2004 y 2011 después de realizar inspecciones en una treintena de circos en el norte de la India.

Aunque existe amplia documentación sobre la venta de niñas nepalíes menores de diez años a prostíbulos del país limítrofe, se desconocía, de acuerdo con Holmes, el tráfico de menores destinadas a la India, donde existe una gran tradición circense. "Las niñas de piel clara y vestidas con poca ropa tienen un aspecto muy exótico en la India", afirma Holmes.

La razón de que las ventas tengan lugar a tan temprana edad es que los dueños de los circos creen que los cuerpos de las niñas "se ponen rígidos cuando cumplen trece años", lo que dificulta sus entrenamientos, explica el activista. Según Holmes, muchas padecen "violencia física y psicológica" en un ambiente en el que no son desconocidas las violaciones.

Las situación es muy diferente de la que prometen los agentes a los padres de las niñas, generalmente iletrados: les convencen para que firmen contratos ilegales en los que perfilan un futuro de fama y prosperidad para sus hijas, apunta este activista.

400 menores atendidas

Esa es la experiencia de la ONG, que en la actualidad acoge a unas 400 menores en sus locales de Makwanpur, sur de Nepal, y Katmandú. Entre ellas hay algunas recogidas de la calle y otras que, tras su "liberación", reciben clases por profesionales del circo.

"Se trata de una experiencia mágica y muy especial", dice la artista circense británica Maeleine McGowan, que se ocupa de los entrenamientos y que afirma sentirse sorprendida por la mucha energía y alegría que rebosan las jóvenes.

En particular, aquellas que han decidido de manera voluntaria volver a actuar en eventos privados, como la propia Sarwati Adhikari, que dice: "ahora lo hago por diversión. ¡Y disfruto!"

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