Así, en cuestión de piel, la estética no conoce de sexos ni edades. Aunque para poder someterse a sesiones de rayos ultravioleta es necesario tener más de 18 años, en los centros de bronceado de la ciudad tienen clientes desde los 18 hasta los más de 50 años de edad.

A pesar de todo, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Pontevedra recuerda que la exposición al sol debe estar muy controlada, pues los daños irreversibles en la piel son más frecuentes en esta época del año.

Como recomendaciones generales los farmacéuticos aconsejan una buena hidratación, una alimentación equilibrada, así como cuidar la ingesta de agua a lo largo del día. Además, recuerdan que el fotoprotector debe escogerse según el tipo de piel, sin olvidar tampoco el empleo de gafas de sol para evitar daños en la visión.

Sin sol ni rayos UVA

Para quienes quieran conseguir una piel bronceada sin sol ni rayos UVA, el mercado cosmético actual ofrece toallitas, cremas y espumas autobronceadoras. Estos innovadores productos activan la molécula DHA que, al entrar en contacto con la piel, produce una reacción química de oxidación consiguiendo un tono bronceado natural.

Grupos de riesgo

Enfermos con medicación: Los medicamentos pueden provocar reacciones de fotosensibilidad y lesiones cutáneas.

Embarazadas: Su piel tiene una mayor sensibilidad a los rayos ultravioleta.

Niños: Los menores de 2 años no deben exponerse directamente al sol.

Mayores: Deben cuidar especialmente la ingesta de líquidos porque la sed disminuye con la edad.