No todo son capas lustrosas, poses superheroicas e intenciones nobles entre los humanos superpoderosos. Aunque los héroes clásicos siguen gozando de una enorme popularidad en la gran pantalla, no son pocas las visiones alternativas que se dan hoy día del universo de los defensores enmascarados. El último ejemplo es Chronicle, una película que llega el 2 de marzo para darle una nueva perspectiva realista al género.

Entre un 2011 protagonizado por el Capitán América, Linterna Verde y los Hombres X y un 2012 que mira a Batman, Spider-Man y Los Vengadores, Chronicle se presenta como una alternativa más modesta pero no por ello menos ambiciosa. La historia se centra en tres chavales, cuyas vidas cambian radicalmente tras obtener asombrosos superpoderes. Lejos de convertirse en justicieros, los chicos intentan integrar sus recién adquiridas habilidades en su vida diaria de adolescentes, pero el poder es demasiado grande como para no tener consecuencias: la forma de divertirse, las bromas, las gamberradas... adquieren para ellos una nueva y peligrosa dimensión.

En los últimos años, los héroes atípicos no lo son tanto en el cine. Protectores que se lanzan a las calles a defender a los inocentes sin poderes especiales que los protejan, hombres y mujeres que intentan compaginar sus vidas de personas normales con habilidades más propias de dioses, superhumanos irresponsables, agresivos y muy alejados de los canones habituales... No son Superman, Wonder Woman, Lobezno o Hulk, pero tienen tirón. Eso sí, en muchos de los casos su origen también lo encontramos en los cómics.

Ese es el caso de Kick Ass, película estrenada en 2009 y basada en el cómic homónimo de 2008 guionizado por Mark Millar y dibujado por John Romita Jr. Aquí, el planteamiento es justo el contrario al de Chronicle: un adolescente, Dave Lizewski, que sin tener ningún poder en absoluto decide crearse un alter ego para defender el bien y la justicia. Con ese mismo planteamiento, aunque de ejecución menos transgresora, es la película de 1997 Steel: Un héroe de acero, en la que Shaquille O'Neal interpretaba a un fabricante de armas que se acababa convirtiendo en una especie de Iron Man "de barrio". Menos conocida, pero también con algunos puntos en común con los anteriores filmes es Especial (2006), protagonizada por un un agente de parquímetros introvertido y fanático de los cómics que adquiere superpoderes cuando comienza a tomar un antidepresivo experimental. Sin embargo, a medida que actúa como superhéroe, su cuerpo comienza a llenarse de horribles heridas...

También en las viñetas nació la revisión más aclamada del mundo de los superhéroes, Watchmen (1986), un cómic fruto de la genialidad del excéntrico Alan Moore, dibujado por Dave Gibbons y llevado al cine en 2009 de la mano del director Zack Snyder. Considerado a menudo como el mejor exponente de la historia del noveno arte, Watchmen presenta a unos vigilantes que en su mayoría no son más que humanos con buenas intenciones (o malas) enfundados en llamativos uniformes. Lo sobrenatural, aunque presente, queda relegado casi siempre a un segundo plano en una historia de seres humanos que intenta dibujar, de la forma más realista posible, cómo habría sido el siglo XX si hubiesen existido los superhéroes. La trama, de corte serio, gira en torno a asuntos como la carrera armamentística, la justicia al margen de la ley y la famosa locución "¿Quién vigila a los vigilantes?". Aunque la inspiración no ha sido reconocida de manera explícita, Los Increíbles (2004) ideados por Brad Bird para Pixar presentan numerosas similitudes con la obra de Moore.

Si partimos de la premisa de Watchmen y sustituimos el corte serio por un tono de comedia, nos topamos con Mystery Men (1999), basada en una serie de comics de Bob Burden y protagonizada por Ben Stiller, Geoffrey Rush y William H. Macy, entre otros. La aventura, en clave de humor, muestra la ternura y el patetismo de un grupo de personajes que, con dudosas capacidades especiales, deciden luchar contra el crimen.

Uno de los acercamientos realistas más acertados al mundo de los superhéroes no se originó en las páginas de ningún cómic sino que se gestó en la cabeza de M. Night Shyamalan y tomó forma de largometraje protagonizado por Bruce Willis y Samuel L. Jackson. Titulada El protegido (2000), la película pertenece a la buena época de un director que lleva unos años sin repetir los éxitos de sus primeras producciones. La historia se centra en David Dunn (Willis), cuya vida toma un nuevo rumbo a partir de que se convierte en el único superviviente de un accidente ferroviario. Aunque no está basado en ningún cómic, Shyamalan sí hace muchas referencias al arte de las historietas, tanto argumentalmente (el personaje interpretado por Jackson es un gran aficionado a los cómics) como en el plano formal con múltiples guiños (escenas enmarcadas a modo de viñetas, la existencia de una "kriptonita" o el hecho de que el nombre y apellido del protagonsita comiencen por la misma letra, algo muy frecuente en las historias clásicas de superhéroes).

También pensado directamente para el cine encontramos a Hancock, un personaje interpretado por Will Smith que posee muchos de los poderes habituales de los superhéroes, como capacidad de vuelo y superfuerza, pero que carece de sentido superheorico. Borracho, agresivo e irresponsable, el personaje caló en el público y la película triunfó en taquilla en 2008. Desde hace años se viene hablando de una posible secuela que a día de hoy aún no se ha concretado.

Sin salir del medio audiovisual, para televisión también se han desarrollado algunos acercamientos interesantes al universo superheroico. Los más destacables son Heroes (2006) y Misfits (2009). La primera es una serie de ciencia ficción de la NBC que cuenta las historias de varias personas normales y corrientes que descubren de repente que tienen superpoderes. El protagonista principal de la serie es Peter Petrelli, un exenfermero que absorbe las habilidades de los que le rodean, y el toque "comiquero" lo pone Hiro Nakamura, un oficinista japonés amante de las viñetas. Por otro lado, Misfits es una serie británica en la que los superpoderes van a parar a un grupo de jóvenes problemáticos.

Rebeldes, despreocupados, feos, violentos, con poderes ridículos o sin ellos, de comportamientos realistas o actitudes egocéntricas... Los superhéroes alternativos ya no lo son tanto, pero los creativos de cómics, cine y televisión no paran de darle al coco y a buen seguro que Chronicle no será la última revisión de la mitología superheroica.