‘Verano azul’ o cómo Netflix juega con la nostalgia de los usuarios (para ganar adeptos)

No, Once y su pandilla de adolescentes (porque, madre mía, cómo han crecido de una temporada a otra) no son los únicos embajadores de la bicicleta. Antes de que Stranger things revolucionase al personal con el estreno de sus temporadas (y su final postcréditos), antes de que los Goonies buscasen tesoros o, incluso, antes de que Elliot y E.T. surcasen los cielos, en España había un grupo variopinto de menores que ya disfrutaba del verano sobre dos ruedas.

Efectivamente, hablamos de Pancho, Javi, Bea, Desi, Tito, Piraña y Quique, los niños de Verano azul, una serie made in Spain que, además, se ha convertido en la primera apuesta nacional de Netflix anterior a los 2000. A partir del 12 de julio, la plataforma repondrá todos los episodios de este clásico estival, demostrando, una vez más, su apuesta por la nostalgia de los usuarios… Y despertando la curiosidad de todos aquellos que saben silbar la cabecera de esta serie, aunque nunca la hayan visto.

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Estrenada en octubre de 1981, en TVE, esta serie de 19 episodios relató las aventuras de un grupo de niños veraneantes en la Costa del Sol, una pintora y un marino jubilado. Aunque la trama parece no dar para mucho, Verano azul supuso, a su manera, una ruptura de los esquemas sociales de la época, hablando del divorcio, el medio ambiente o la especulación en la costa española. Sea como fuere, la realidad es que esta ficción es ideal para acompañar el mes de julio (y las correspondientes olas de calor).

Cabe tener en cuenta que en RTVE.es puede consumirse esta serie a la carta, por lo que en España su reposición no es ninguna novedad. No obstante, si algo bueno tiene esta apuesta de Netflix es que se podría conseguir que hubiese seguidores de Verano azul a lo largo y ancho del mundo… Y es que cuantos más cantemos aquellos de “Del barco de Chanquete, no nos moverán…”, mejor.