'Nader y Simin: una separación': la película que unió Irán y EE UU gracias a un Oscar

El director iraní Asghar Farhadi sostiene la estatuilla de los premios Óscar a Mejor Película en Lengua Extranjera, por la película "A Separation".
El director iraní Asghar Farhadi sostiene la estatuilla de los premios Óscar a Mejor Película en Lengua Extranjera, por la película "A Separation".
Paul Buck / EFE
El director iraní Asghar Farhadi sostiene la estatuilla de los premios Óscar a Mejor Película en Lengua Extranjera, por la película "A Separation".

El Oscar a mejor película extranjera tenía este año todo el morbo del mundo. La geopolítica y el arte se entremezclaban en esta candidatura, donde el cine iraní (ganador con Nader y Simin: una seperación) competía con el israelí (con Footnote). Ganó la iraní, el primer Oscar para ese país, en un momento en que en Israel y EE UU se habla, y mucho, de atacar dicho país. ¿Lo que une el cine lo separarán los intereses geoestratégicos?

El largometraje, un drama familiar que relata la ruptura de un matrimonio en el Irán contemporáneo, confirmó su condición de favorita al Óscar al que aspiraba tras ganar el Oso de Oro de Berlín y triunfar en los Globos de Oro y en los premios de la crítica de EE UU.

"En este momento gente de todo el mundo nos está viendo y están contentos no sólo por el premio sino porque en un tiempo como éste en el que se habla de guerra mi país Irán suena aquí por su cultura", dijo el director Asghar Farhadi. Tanto él como su equipo, se han mostrado tremendamente prudentes durante los días previos a la gala para no verter ninguna opinión política.

Lógica esta actitud, teniendo en cuenta que el Gobierno iraní inicialmente prohibió la película, mientras se rodaba, porque Farhadi expresó su apoyo a otros realizadores identificados por las autoridades como "antirégimen". Sólo las disculpas de Farhadi lograron levantar el veto. Y de esa prohibición se pasó a un apoyo oficial, que ha sido más intenso según se iban coleccionado premios por todo el mundo.

La televisión oficial iraní celebra la victoria de Nader y Simin, sobre todo por el matiz de haber vencido a los israelíes (no sólo por Footnote, si no también por la versión polaca sobre el Holocausto In Darkness, que algunos expertos veían como única de superar a la iraní, debido al numeroso grupo de votantes judíos de la Academia). También lo celebra el medio millón de iraníes que viven en la zona metropolitana de Los Ángeles, la ciudad con una mayor comunidad persa fuera de Irán.

Y a pesar de todo, la película iraní, un duro retrato de la sociedad iraní contemporánea con sus marcadas diferencias de clase, se ha impuesto en la meca del cine estadounidense en un época de fuertes tensiones entre ambos países.

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