Rineke Dijkstra fotografía la inseguridad de una madre, un soldado, un adolescente...

  • Una niña bosnia refugiada, un torero, una mujer unas horas después de dar a luz, un joven que se alista en la Legión Francesa...
  • Una amplia retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de San Francisco repasa los retratos a individuos en proceso de cambio de la fotógrafa holandesa.
  • La artista retrata sin artificios y destacando la dignidad humana de sus modelos.
Uno de los retratos que la fotógrafa hizo entre 1992 y 1998 de adolescentes y niños en la playa
Uno de los retratos que la fotógrafa hizo entre 1992 y 1998 de adolescentes y niños en la playa
Courtesy the artist and Marian Goodman Gallery, New York & Paris © Rineke Dijkstra
Uno de los retratos que la fotógrafa hizo entre 1992 y 1998 de adolescentes y niños en la playa

Los retratos de Rineke Dijkstra (Sittard-Holanda, 1959) dejan desarmados a sus modelos, que se muestran ante ella con la humildad de un ser humano corriente. Lleva 20 años eligiendo cuidadosamente a sus personajes -llenos de complejidad y presencia- entre niños, adolescentes, madres primerizas, soldados o toreros. Todos tienen siempre en común que pasan por un proceso interior de cambio.

El Museo de Arte Moderno de San Francisco (Sfmoma) expone Rineke Dijkstra - A Retrospective (Rineke Dijkstra - Una retrospectiva) hasta el 28 de mayo, un completo repaso por la obra de la fotógrafa, con cerca de 70 fotografías a color y cinco instalaciones de vídeo (dos de ellas nuevas), que muestran cómo fabrica un lenguaje personal por medio del retrato, dejando que la dignidad hable por sí misma.

Beach Portraits (Retratos de playa), su cuerpo de trabajo más temprano, es un ejemplo de ese talento innato. Las fotos, tomadas entre 1992 y 1998, muestran a adolescentes y niños que posan sin artificios en el mismo lugar en que Dijkstra entró en contacto con ellos.  Una de las modelos es una cría que permanece de pie en bikini, insegura de su aspecto. El fondo se convierte en apenas unas líneas abstractas que sirven de escenario para mostrar una cara tierna y desmitificada de la juventud.

Entre el arte y la sociología

Siguió a Almerisa, una niña refugiada de Bosnia, desde su llegada a Holanda hasta que se convirtió en una joven segura de sí misma. Inmortalizó el proceso de evolución física y mental de Olivier, que ingresó en la Legión Francesa.  Hizo un estudio fotográfico de varias madres desde horas después de tener a su niño hasta pasadas unas semanas.

En su afán por perseguir el cambio, en la última década la artista comenzó a grabar en vídeo sus estudios entre artísticos y sociológicos que buscan la empatía y la sensibilidad emocional del ser humano que está creciendo física y psicológicamente.

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