Condenado a más de cinco años por agredir y vejar a su pareja durante casi siete años

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a cinco años y cuatro meses de prisión a un hombre que, desde el año 2003, sometió a su compañera sentimental a continúas agresiones tanto físicas como verbales con golpes en el cuerpos, expresiones vejatorias y amenazas de muerte en presencia de los hijos menores de edad de la pareja.

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a cinco años y cuatro meses de prisión a un hombre que, desde el año 2003, sometió a su compañera sentimental a continúas agresiones tanto físicas como verbales con golpes en el cuerpos, expresiones vejatorias y amenazas de muerte en presencia de los hijos menores de edad de la pareja.

El acusado, incluso, según destaca la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, la obligó a dormir en el suelo estando embarazada al tiempo que "controlaba" sus amistades, su forma de vestir y sus gastos y despreciaba la comida que ella cocinaba "tirándola al suelo" mientras le decía que le iba a "cortar el cuello".

El tribunal de la Sección Tercera le impone una pena de dos años de cárcel como autor de delito de violencia física y psíquica habitual en el ámbito familiar, 20 meses de prisión por dos delitos de lesiones y otros 10 meses como autor de un delito de amenazas y otro de maltrato de obra. Además, ordena seis días de localización permanente por una falta de injurias.

Según se detalla en los hechos probados, que desgrana varios episodios de violencia, el acusado golpeó con un peine a la víctima causándole lesiones durante una discusión en el domicilio familiar y tras la que la "atemorizó" para que no le denunciase diciéndole que sería "lo última" que haría.

En otra ocasión, le propinó una fuerte bofetada en presencia de sus hijos menores mientras le espetaba que tenía "descuidados su quehaceres domésticos" y, días más tarde, la agredió en el rostro con un cargador de reproductor de música MP3 porque "no le gustaba su forma de vestir", lo que le causó una lesión con hematoma de tres centímetros en la mejilla.

El fallo indica, asimismo, que los insultos como "perra", "desgraciada" o "puta, no sirves para nada" eran muy frecuentes "sin motivo alguno y con la intención de atentar contra su dignidad", lo que ha ocasionado a la víctima una "afectación" psicológica y un trastorno de estrés postraumático.

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