Ángela Vallvey: "Discrepar con el poder no significa tener un interés partidario"

La escritora ciudadrealñea publica 'La velocidad del mundo', un poemario elaborado en los últimos ocho años

"Discrepar con el poder establecido no significa tener un interés partidario", ha manifestado este miércoles la periodista y escritora Ángela Vallvey, con motivo de la publicación de 'La velocidad del mundo', un poemario elaborado durante los últimos ocho años que ahora edita la Fundación José Manuel Lara, dentro de la colección Vandalia.

Vallvey (San Lorenzo de Calatrava, Ciudad Real, 1964) no se considera una persona "muy de fiar" para quienes están en el poder, una desconfianza que le gusta porque, según ha expresado en un encuentro con los medios, "eso no es mal síntoma nunca para una persona que desarrolla una tarea intelectual en la vida".

"No sirvo a ningún interés político. En España confudimos mucho que cuando vas en contra del poder, que casi siempre es socialista, inmediatamente te colocan en las filas de la oposición, del PP y de los fachas. A mí el PP me importa un bledo", ha respondido contundente a un periodista. "Hay que ser insobornablemente libres, es la primera vocación de un intelectual", añade.

Después de publicar la novela 'El hombre del corazón negro', Vallvey aparece en el panorama literario con poesía, "un amante, el más fiel y el mejor que se pueda soñar", según sus palabras. En el libro, recorre un trayecto que le lleva hasta Oriente y Canadá, donde ha buscado "la mirada de extranjera en el mundo".

Sus poemas han sido creados o germinados en diferentes sitios del planeta, durante el viaje y tras finalizar, porque un trayecto "no termina con el billete de vuelta". Ahora, se siente feliz de haber conseguido publicar sus versos, porque, según lamenta, "no hay ni industria ni apoyo" y, además, existe un núcleo cerrado que hacen complicado entrar "si no estás en el carril".

"filia" por oriente

Vallvey ha declarado que 'La velocidad del mundo' "le debe mucho a la poesía china y japonesa, donde la palabra "o es artificio, sino un elemento natural y parte de la existencia". En este sentido, ha revelado su "filia" por Oriente. "Me embelesa, me fascina y me horroriza", señala.

De su experiencia lectora y con ambas culturas como referente, ha tratado de impregnar sus textos de "sobriedad y esencialidad", a través de una "depuración del lenguaje" que siempre ha buscado. Esa sencillez, que es lo realmente "complicado", se aproxima a la belleza "más que otra cosa". En cambio, "el artificio esconde la simpleza".

La mirada, para Vallvey, "tiene que ser creadora", pero, a la vez, considera que el lenguaje no es artificio, sino algo "presente en la naturaleza", por lo que hay que integrarlo. "Es la expresión más clara de nuestra incapacidad para incomunicarnos", ha sugerido.

Otro obstáculo que la escritora ha superado en estos poemas es el prejuicio por escribir y expresar de forma denotativa el "amor". Para Vallvey, esto es "una osadía" que antes, en cambio, le causaba "pudor y bochorno"."Pensaba que después de Lope, de Salinas o de Shakespeare, era un atrevimiento", ha declarado.

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