El Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) 'Los Lavaderos', dependiente del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta en Segovia, recuperó y liberó a lo largo de 2011 un total de 96 ejemplares de los 295 que ingresaron de distintas especies.

Junto a esos 96 animales que salieron adelante, el centro recibió otros 71 ya muertos, ocho que fueron cedidos a otros centros y otros 107 que fueron irrecuperables por la gravedad de sus patologías. Todavía 13 ejemplares continúan en recuperación.

En los últimos días, según informan a Europa Press fuentes de la Junta, se han devuelto a su medio natural seis aves rapaces: dos buitres negros, dos busardos ratoneros, un gavilán y un cernícalo vulgar.

Técnicos del CRAS han realizado las sueltas en los lugares donde fueron recogidas, salvo en el caso de los buitres negros, que han sido liberados en el área de influencia de la colonia más próxima al punto donde se hallaron.

La suelta es una actividad que realiza de forma habitual el Centro. Se trata de la culminación del proceso de curación de los animales ingresados y el fin último de este servicio, cuyo objetivo primordial es la recuperación de fauna silvestre para reintegrarla a su hábitat en el menor plazo posible y en óptimas condiciones.

Las causas de ingreso más frecuente son los traumatismos, los atropellos y las electrocuciones. El grupo más numeroso de los animales que ingresan son las aves, especialmente rapaces. Suelen ser los agentes medioambientales y los celadores de medio ambiente los colaboradores más habituales del Centro, aunque también la Guardia Civil, la policía local de Segovia y particulares entregan algunos animales. CONSEJOS

La Junta aconseja, en caso de hallar un animal que necesite ayuda, avisar al CRAS (en el teléfono 618 735 568) o a los agentes medioambientales de la zona para su recogida y atención desde el primer momento por personal especializado.

Si la recogida se va a demorar, recomienda mantener al animal en una caja de cartón con ventilación suficiente y dejarlo en un lugar tranquilo, templado, con escasa iluminación y sin contacto con personas u otros animales. Asimismo, indica que nunca se debe dar de comer o beber a un animal herido.