Los compositores e intérpretes Luis Delgado, Javier Bergia y Javier Paxariño se han unido en el proyecto discográfico 'En la Sombra de la Utopía', en el que buscan hacer un canto generacional bajo el paraguas de la utopía de la música.

El trabajo, que reúne los temas 'La Senda del Sadhu', 'Feria de Panes', 'La Torre de Senaar', 'Utopía', 'El Vuelo de la Paloma', 'Basisbasbata', 'Peñamellera', 'La Casa de jade', 'Olas' y 'El Enigma Espiral', cuenta con la colaboración de Amancio Prada, Joaquín Díaz y Luis Paniagua y es fruto de cuatro años de trabajo de estudio.

Elaborado "con todo el cariño y empuje" de sus creadores, 'En la Sombra de la Utopía' surgió "de forma muy natural" y vinculaba su idea de la utopía de la que habla el disco, la que aporta la música como refugio para contemplar "el transcurso de los días", como se puede leer en la presentación, con el papel de la música como herramienta de comunicación y diálogo.

Cual "canto" similar a la "eclosión" musical surgida a raíz del 'Corralito' argentino, que propició a la crisis un "refugio" en el mundo de las artes, este trabajo es, según Delgado, un canto "de ese tipo" además de "generacional" ya que el CD se acompaña de un extenso libreto que compila textos de Marcuse, Sand, Francis Bacon, Luther King, Swift, Wild, Platón, Víctor Hugo, María Zambrano o García Pavón, entre otros, seleccionados por los tres compositores.

"Los temas de Paxariño son una maravilla, es un virtuoso del viento (...) y Bergia tiene una creatividad absolutamente imparable", ha ensalzado Delgado antes de explicar que tan sólo uno de los diez temas, 'Olas', tiene letra mientras que 'Utopía' reúne fragmentos de discursos de Ghandi, Teresa de Calcuta y Albert Einstein. UN 'INSTRUMENTARIUM'

El libreto da cabida también a un 'instrumentarium' en el que el propio Delgado explica uno por uno los instrumentos empleados en la grabación del trabajo —bansuri, tabla, bajo sin trastes, guitarra sitar, buzuki, flauta alto en Sol, shaker, quijada, Dohola, oud, dilruba o Riq egipcio, entre otros muchos.

"Hay una riqueza tímbrica muy grande", ha reconocido el músico antes de referirse al carácter "redondo" de un trabajo que se encuentra en "compás de espera" para su presentación ante el público ante la necesidad de que el mercado "entre en contacto con el mundo real", lo que en su opinión podría traducirse en dos años, periodo en el que el público debería de concebir la música como "bien de consumo" y lejos de la idea del Estado como "generador de cultura".'

Este "espacio en blanco", carente de música en directo, tendría que desembocar en una posición "sana" como la de Europa, con centros públicos de gestión privada, o en iniciativas como los americanos 'homeconcerts'.

"La programación estatal ha ejercido de competencia desleal", ha señalado antes de reconocer que "no hay nada" que sustituya al directo y que el momento de editar discos "ya no va a ser nunca". "El soporte físico está en vías de extinción", ha augurado antes de añadir que el momento actual del mercado discográfico "es un lento fundido a negro".

No obstante y pese a las dificultades actuales —"es muy difícil que la próxima generación se dedique sólo a la música"—, Delgado está inmerso en múltiples proyectos entre los que han figurado el proyecto 'La Isla de León' sobre las canciones y danzas de la Constitución de Cádiz de 1812.

A este proyecto, nacido de uno anterior de Joaquín Díaz sobre la Guerra de la Independencia, se suma 'El Jardin Secreto', concierto sobre poesía y música de las tres culturas que acercará al Teatro de la Abadía de Madrid los próximos 24, 25 y 26 de febrero y 2,3 y 4 de marzo acompañado de su Sexteto —Yammal Eddinne Ben Allal, Jaime Muñoz, Cuco Pérez y David Mayoral— y de Mohamed Serghini el Arabí, invitado especial.