Ecologistas ven "lamentable" el "precipitado" informe del CSN que no ve impedimento a revocar el cierre en 2013

Ecologistas considera una "temeridad" que la planta opere hasta 2019 después de las lecciones de Fukushima
Central de Garoña
Central de Garoña
EUROPA PRESS
Central de Garoña

Las organizaciones ecologistas consideran "lamentable" y "precipitado" el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que no ve impedimento en que el Gobierno pueda revocar la Orden Ministerial de cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), previsto para julio de 2013, cuando es "una temeridad" que la planta opere hasta 2019.

Así, el portavoz de energía de Greenpeace, Carlos Bravo, ha explicado a Europa Press que considera "lamentable" que el regulador no haya esperado a que terminasen las pruebas de estrés, ya que ahora se está revisando en el seno de la Unión Europea los informes finales de las pruebas de resistencia de los organismos reguladores de los distintos países en distintos grupos de trabajo.

En este sentido, ha advertido de que los reguladores europeos podrían llegar a conclusiones "distintas" a las del informe final del CSN, algo que le puede pasar a España y a otros países.

"Nos parece prematuro, extemporáneo y temerario que el CSN directamente le informe al Ministerio que no existe ningún impedimento desde el punto de vista de la seguridad y la protección radiológica para que se revoque la órden de cierre de Garoña para 2013 y se haga una nueva orden que permita su extensión de vida", ha resumido.

A su juicio, este hecho "demuestra" que los estrés test son "un auténtico paripé" y que el regulador ya lo sabe, por lo que se pronuncia de esta manera, o bien, demostraría que el CSN es un "organismo decantado por la industria nuclear", por lo que no es "totalmente independiente", sino "plegado" a los intereses del Gobierno.

De este modo, ha criticado que el Gobierno quiere renovar una central amortizada, con "graves problemas" de inseguridad, que está "obsoleta" y que es "totalmente prescindible". Bravo ha recordado que estos supuestos fueron ratificados por la sentencia de la Audiencia Nacional de julio de 2011 que exponía que la orden de cierre era legal y estaba bien justificada.

Dicha sentencia, ahora recurrida por el titular de Garoña (Nuclenor) ante el Tribunal Supremo, añadía que la planta atómica burgalesa no era esencial para el suministro eléctrico y que su generación se compensaba con la producción de energías renovables.

"España sigue siendo netamente exportador de electricidad y la que exporta al año es varias veces la energía que produce Garoña. Esta central no nos hace falta y su cierre disminuiría el riesgo de accidente nuclear y propiciaría avanzar hacia un aumento de las energías limpias", ha apostillado Bravo que ha anunciado que Greenpeace seguirá "luchando desde todos los frentes para que no se reabra", aunque de momento no podrán presentar ningún recurso contra el Gobierno hasta que no se revoque la actual orden.

De este modo, ha vaticinado que "mucho" se teme Greenpeace que el CSN volverá a "demostrar su falta de independencia" respecto a 2009, cuando emitió un informe favorable por 10 años de operación. En cualquier caso, considera que el Gobierno debía haber decretado su cierre, justo después del accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi (Japón) el 11 de marzo pasado. "DESGRACIADAMENTE",

Sin sorpresas

Mientras, el portavoz nuclear de Ecologistas en Acción, Paco Castejón ha manifestado a Europa Press que "desgraciadamente" no les ha sorprendido la decisión del regulador español porque coincide con el informe que emitió cuando el PSOE se lo pidió.

Sin embargo, ha destacado que, en este caso, el CSN introduce un "nuevo concepto" que es de la autorización condicionada, que consiste en que deberá adoptar una serie de medidas en 2013 y 2015 para poder operar hasta 2019.

Tras considera que esta "posición intermedia de la autorización condicionada no tiene sentido" y que los informes previos que hizo el Consejo de Seguridad Nuclear a petición del anterior Gobierno "demostraban" que la central burgalesa estaba "en muy malas condiciones".

"Nos parece una temeridad que opere hasta 2019", ha apostillado Castejón porque, en su opinión "se ha pasado totalmente por encima de las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima", ya que no tienen en cuenta los accidentes de origen externo, por lo que las pruebas de estrés "han demostrado la debilidad de Garoña".

Finalmente, ha pronosticado que "desgraciadamente" Ecologistas en Acción se teme que el dictamen que emita el CSN en el futuro en que se informe sobre la ampliación de la licencia de operación de la central, será "favorable a la continuidad" porque no están observando un "cambio de a actitud serio" en el organismo regulador.

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