El acusado de cometer tres robos con intimidación, e intentarlo con un cuarto que finalmente no fue consumado, en las inmediaciones del estadio Carlos Tartiere, en Oviedo, reconoció este viernes los hechos que le imputaba la Fiscalía del Principado de Asturias y aceptó una condena de ocho años de prisión.

Los asaltos fueron cometidos en sólo dos días, el 17 y el 19 de junio de 2011. El acto en el que se alcanzó la conformidad se celebró en el Juzgado de lo Penal número dos de Oviedo.

Además de la pena de prisión, el acusado aceptó el pago de las indemnizaciones solicitadas: a D. A. S. Á. con cinco euros por el dinero sustraído; y a J. R. B., con 25 euros más la cantidad en la que se tasen el teléfono y el reloj robados.

Sobre las 02,40 horas del 17 de junio de 2011, en la calle Luis F. Castañón de Oviedo, el acusado, J.A.L.V., de nacionalidad venezolana y nacido en 1992, junto con un menor de edad, abordó a una pareja que regresaba de una fiesta que se celebraba en las inmediaciones del Carlos Tartiere y le preguntó la hora.

El chico, D.A.S Á., la miró en el teléfono móvil. En ese momento, el acusado y el menor sacaron una navaja y un cuchillo que llevaban, mientras exigían a D.A.S.Á. que les entregara su móvil. Ante los ruegos de éste, consiguió que le devolvieran la tarjeta de memoria. A continuación le pidieron la cartera, de la que sacaron cinco euros (el monedero también se lo devolvieron). A la chica que lo acompañaba, S.V.C., la obligaron a entregarles ocho euros. La joven renunció ante el juez a cualquier indemnización que pudiera corresponderle.

Más robos

Un poco más tarde, sobre las 03,30 de ese mismo 17 de junio de 2011, el acusado y el menor abordaron a P.M.B en una explanada que se encuentra entre el campo de fútbol del Carlos Tartiere y el de los Hermanos Llana. Le pusieron una navaja a la altura del cuello y le exigieron que les entregara el dinero que llevara encima.

Como no tenía nada, le dijeron que les diera todo lo que tuviera en los bolsillos. P M.B. se vio obligado a entregarles una cámara de fotos pero, cuando el acusado y su acompañante estaban sacando las baterías y la tarjeta de memoria, pasó por el lugar un camión de la basura, por lo que, ante el temor de ser detenidos, huyeron, llevándose sólo la tarjeta de memoria. P. M. B. renunció ante el juez a cualquier indemnización a la que pudiera tener derecho.

El 19 de junio de 2011, sobre las 04,30 horas, el acusado y el menor asaltaron a otro joven, A.G.R., que se encontraba con unos amigos en una fiesta en el aparcamiento del Carlos Tartiere. En un momento determinado se dirigió a los servicios, ubicados en un lugar apartado, y allí fue abordado. El acusado y su acompañante le agarraron por el cuello y lo tiraron al suelo y, una vez caído, le arrebataron su teléfono móvil, valorado en 198 euros.

Pasados unos minutos, el acusado y el menor se dirigieron a la calle Catedrático Álvarez-Buylla y allí abordaron por la espalda a J.R.B., que se iba de la fiesta del Tartiere, y le exigieron que les entregara todo lo que llevara en los bolsillos. J. R. B. les dio su móvil, un reloj y 25 euros en metálico.