La misión de la OTAN en Afganistán expresó este miércoles sus "condolencias" por el fallecimiento de ocho niños en un bombardeo aéreo la semana pasada en el este del país, aunque evitó asumir la responsabilidad por las muertes.

En su comunicado, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) señala que "da sus más sentido pésame a las familias y allegados" por la muerte de los "jóvenes" y añade que "las circunstancias de este trágico incidente están aún por determinar".

Hace dos días, las autoridades afganas afirmaron en rueda de prensa que un bombardeo de la ISAF "en la zona de Gayawad, de la provincia de Kapisa, acabó con las vidas de ocho niños con edades comprendidas entre 6 y 14 años".

Las autoridades afirmaron que, según una investigación del Ejecutivo afgano, otro ataque de la ISAF fue responsable también de la muerte hace un mes de nueve civiles -de ellos una mujer y tres niños- de la misma familia en la provincia oriental de Kunar.

"La misión de mis fuerzas es proteger a los civiles de Afganistán", declaró mediante un comunicado el máximo responsable de la ISAF, John Allen, quien añadió que se toma "muy en serio cada pérdida de una vida afgana".

Las muertes de civiles en operaciones de las tropas internacionales son uno de los principales puntos de fricción entre la misión de la OTAN en Afganistán y el Gobierno presidido por Hamid Karzai, que ha calificado estos hechos como "inaceptables".

Karzai ha ordenado al Ministerio de Defensa afgano que impida que las tropas internacionales lleven a cabo operaciones sin coordinación y que asuma el control de las operaciones nocturnas.