El acusado de abusar de su hija dice que solo le daba "piquitos de cariño" y que no es un "enfermo sexual"

La madre ha contado cómo su hija le indicó que el padre le pedía que "le sacase la leche" y "le chupaba la vagina"
Juicio Por Abuso Sexual
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EUROPA PRESS
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El hombre acusado de abusos sexuales continuados a su hija adoptiva, entre octubre de 2005 y marzo de 2006, cuando la niña tenía cinco años, ha señalado que solo le daba "piquitos de cariño", algo que hacía también con sus dos hijos biológicos, y ha asegurado que no se considera "un enfermo sexual".

Sin embargo, la madre de la niña, que ha testificado como acusación particular en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Cantabria, ha indicado que su hija le relató cómo su padre, del que estaba divorciada, le pedía que "le sacase la leche", le ponía "el pene detrás" y en la vagina, parte del cuerpo que el acusado también "le chupaba".

El acusado, MM.O.M., de nacionalidad ecuatoriana, al igual que su exmujer, ha hecho hincapié en que, aunque estaba separado de ella, cuando residió en Maliaño, donde sucedieron los hechos, la relación era "buena" tanto con la madre como con los tres hijos —dos biológicos y una adoptiva, de una anterior relación de su expareja—.

Pero la relación con sus suegros y cuñados era "muy mala" y ha considerado que fueron ellos los que "les separaron", ya que él regresó de Palma de Mallorca, donde vivía antes, para "reconquistar" a su expareja, a la mujer que "más" ha querido "desafortunadamente" —ha dicho—, y "recuperar" a sus hijos.

En marzo de 2006, el acusado tuvo que regresar a Palma de Mallorca para solucionar "un problema", y ese mismo día es cuando la hija, que ha declarado a puerta cerrada, le cuenta a su madre lo que ha estado sucediendo los meses que el padre ha estado en Maliaño, en los que se ha quedado de forma continuada al cuidado de sus hijos, a pesar de que no convivía con ellos, sino que residían con su madre en otro piso.

Una vez en la capital balear, MM.O.M. fue detenido por la Policía Nacional, momento en el que se enteró de la denuncia interpuesta por su exmujer, y sobre la que lleva seis años preguntándose "el porqué", ha dicho.

El acusado también ha señalado que, después de conocer la denuncia, habló con su expareja "muchas veces" y además le enviaba dinero, y que las comunicaciones entre ambos solo se rompieron cuando ella cambió de teléfono y le bloqueó en la red social Facebook. Aún así, ha insistido en que todos los años ha enviado, al email de su exmujer, felicitaciones de cumpleaños y de Navidad a sus hijos.

"le daba besos en la boca"

La versión del acusado no coincide en ningún caso con la de la madre, que ha relatado que, el mismo día que MM.O.M. se marchó de nuevo para Palma de Mallorca, la niña le contó que su padre "le daba besos en la boca", algo que a la madre no sabía y por lo que insistió y continuó preguntado a la niña.

Así, la menor le contó como su padre le pedía que "le sacase la leche", una expresión que, según ha relatado la madre, el acusado utilizaba cuando mantenía relaciones sexuales con ella cuando estaban casados.

La niña también le explicó a su madre que "papá" le ponía "el pene detrás", le colocaba "el pene en la vagina" —pero sin proceder a la penetración— y "la chupaba la vagina". "No me imaginaba que estaba llevando a mis hijos a una jaula de lobos", ha dicho entre lloros la madre.

Además, ha contado que, en una ocasión, uno de los hijos menores, que normalmente cuando ocurrían estos hechos estaban durmiendo, se despertó y pilló a su papá haciendo "cosas feas" a su hermana, a lo que el padre respondió golpeando al niño, que tenía en aquellas fechas 2 años, con una cinta de vídeo en la cabeza.

También ha hecho hincapié en que la niña le explicó que su padre le había dicho que "si le quería, tenía que hacer aquellas cosas, ya que mamá también se las hacía y ella le quería". Además, ha indicado que, según le contó su hija, el padre también la obligaba a ver "películas malas", películas pornográficas que tenía en su piso.

Un relato que provocó a la madre una "crisis de ansiedad" que no la permitió ni siquiera acudir a denunciar los hechos. Así, no fue hasta una semana después, el 13 de marzo de 2006, cuando la madre tuvo "fuerzas" —ha dicho— para acudir a una logopeda de confianza, quien le dijo que acudiese a un médico a que reconociesen a la niña.

De tal forma, la madre acudió al Centro de Salud de Maliaño, desde donde enviaron el caso al Hospital de Valdecilla, donde se examinó a la niña sin encontrarla ningún daño, y desde donde la madre acudió a comisaría a poner la denuncia.

Antes se había aprovechado de su cuñada

Sobre la mala relación de su familia con el acusado, ha indicado que se debía a que, en una ocasión, su hermana menor estaba ebria y él "se aprovechó de ella", por lo que ni sus padres ni sus hermanos querían que se relacionase con él.

A lo largo del juicio ha testificado, primero, la agente de la Policía Nacional que instruyó el caso, que ha manifestado que, al tomar declaración a la madre, la niña interrumpía para corregirla, diciendo que los hechos que relataba su mamá habían ocurrido "muchas veces" y que no quería contar nada porque "ya se lo había dicho bajito a su mamá".

Además, la agente ha destacado que la niña intervenía "espontáneamente" y que, incluso, llegó a decir, mientras su madre relataba lo de "sacar la leche", que "la leche era blanca".

Como testigo, también ha comparecido una psicóloga de CAVAS, que mantuvo once entrevistas con la niña, y ha indicado que, en un principio, la menor no quería contar nada porque "no quería que le pasase algo a su padre", con lo que tenía "pesadillas frecuentes".

En los sucesivos encuentros con la psicóloga, la niña comenzó a contar "algo más", como que su padre "le besaba en la boca y la vagina" y que también él la hacía que "le chupase el pene". Además, la psicóloga ha destacado que, en la última entrevista, la niña le dijo: "lo de papá es verdad".

Todo ello llevó a esta psicóloga a concluir su informe con la frase "los hechos se han producido", una conclusión que no es la misma a la que llegó el equipo psicosocial del juzgado, ya que, tanto la trabajadora social como la psicóloga, consideraron la evaluación "indeterminada" —ni cierto ni incierto—, porque, tras dos entrevistas con la menor, los datos recabados fueron "breves y con pocos datos". PENA

El Ministerio Fiscal pide tres años de prisión y alejamiento para el acusado, mientras que la acusación particular solicita siete años de cárcel y 15 de alejamiento.

La defensa ha pedido la libre absolución, ya que considera que la denuncia de estos hechos solo responde al deseo de la familia de la madre de que el acusado no mantenga ninguna relación ni con ella ni con los niños.

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