Nacido en Caracas, Venezuela, aunque donostiarra de toda la vida, Mikel Erentxun forma parte de la historia viva del pop-rock español. Al frente de Duncan Dhu, primero, y a lomos de su prolífica carrera en solitario, más tarde, ha conseguido ganarse a pulso el estatus de auténtico currante de la música. Pase lo que pase, Mikel siempre está ahí.

"Pienso en el tiempo que llevo en esto y me da vértigo –reconoce–. Ya son 27 años. Pero ante todo creo que siempre he mantenido un nivel alto de calidad. Mis discos son cada vez mejores". Habla Erentxun a propósito de su nuevo álbum, 24 golpes, que ha sido recibido con críticas más que positivas. "Estoy muy contento con la recepción. También un poco sorprendido: todos pensábamos que este era un disco difícil. Sobre todo porque es una producción muy a contracorriente de lo que se hace ahora en España".

Grabado en una iglesia de Nueva York –"un lugar maravilloso en el que la luz entra a través de las vidrieras y con una acústica acojonante"–, 24 golpes es el disco más crudo y directo de su carrera. Un trabajo con el que, en palabras de Mikel: "Ha sacado toda la mierda que llevo dentro", y en cuyo título hace referencia a las horas en las que se divide el día. "Me preocupa el inexorable paso del tiempo", reconoce.

Grabadas y mezcladas en solo diez días, las canciones del nuevo trabajo de Erentxun han sido además registradas en analógico, lo que otorga al conjunto un halo "mucho más cálido". "En los tiempos que corren, toca reivindicar lo analógico –apunta–. La música se ha deshumanizado mucho: hoy en día, la mayoría de artistas utilizan infinidad de pistas e incluso Auto-Tune para afinar las voces. Yo prefiero hacerlo así, sin posibilidad de dar marcha atrás, sin maquillaje, aunque se noten más los fallos".

Mikel Erentxun ha querido regalar a sus fans más acérrimos un segundo álbum, Eléctrica Pkway, que se incluirá con las primeras 1.000 copias de 24 golpes en las tiendas Fnac. En él, Erentxun se ha hecho cargo de todos los instrumentos: "Son canciones grabadas en casa que se quedaron fuera por una cuestión de estilo, no por calidad. A menudo me preguntan qué ocurre con las canciones que no salen en un disco: aquí están".