El director del Centro Penitenciario de Villabona, Esteban Suárez, ha hecho esta semana un llamamiento para conseguir atraer con ayuda de otras instituciones a empresas que trasladen parte de su producción a la prisión y permitan con ello incrementar el trabajo remunerado de los reclusos, una actividad que en la actualidad desempeñan apenas una decena de internos empleados por Temper y Arteastur.

En una entrevista concedida a Europa Press asegura que se trata de un reto pendiente desde su llegada al centro asturiano, hace ahora tres años, y fundamental para complementar el resto de talleres ocupacionales y actividades encaminadas a la normalización de los hábitos y la posterior reinserción de quienes se ven privados de libertad.

El máximo responsable del penal asturiano reconoce que se han llevado a cabo innumerables gestiones con compañías de diversa índole que "han fracasado" por las dificultades logísticas, que llevaron al Corte Inglés a trasladar la producción de sus perchas a una cárcel valenciana. Como contrapartida, asegura que Villabona dispone de buenas instalaciones y mano de obra con remuneraciones que oscilan entre los cinco y los siete euros por hora de trabajo. 1.443 INTERNOS, 500

En la ute

En la actualidad, el centro penitenciario alberga a 1.443 internos distribuidos en diez módulos con 84 celdas para una capacidad real de 900 personas. Sin embargo, asegura que lo determinante no es el número, sino una distribución en la que Asturias destaca por ser "el centro de España con más internos que cumplen sus condenas en las Unidades Terapéuticas y Educativas" (UTE). En efecto, a fecha 9 de febrero, casi medio millar de reclusos pertenecen a esta unidad, a los que se suman los aproximadamente 280 que pernoctan en el Centro de Inserción Social, (CIS) dependiente de la dirección del penal.

En consonancia con lo anterior, Suárez estima conveniente la construcción de un nuevo CIS de carácter independiente cerca de alguna de las principales ciudades de Asturias, cuyo proyecto ya se plasma, todavía sin fecha, en la última actualización del Plan de Creación y Amortización de Centros, con una inversión de doce millones de euros para una capacidad de 300 plazas, repartidas en 150 habitaciones.

Tercer grado y servicios a la comunidad

Preguntado por las reformas propugnadas por el nuevo Gobierno central, recuerda que el Código Penal español se encuentra ya entre los más duros de Europa, por lo que en lugar de endurecer las penas, los esfuerzos deberían ir encaminados a su juicio a potenciar el tercer grado. A este respecto, asegura que Villabona ha superado el atasco que se registraba en el año 2009 en el cumplimiento de las penas de trabajos en beneficio de la comunidad, gracias, entre otros aspectos, a un convenio suscrito con el Arzobispado que emplea a 32 reclusos en los trabajos de limpieza y mantenimiento de otras tantas parroquias de la región. Pese a ello, estima conveniente revisar los acuerdos firmados con los ayuntamientos y que "empiezan a quedarse pequeños" en las ciudades de Oviedo, Gijón y Avilés.

Junto con lo anterior, y bajo el principio de que "el régimen de seguridad tiene que estar al servicio del tratamiento" y no viceversa, el penal recibe cada día la visita de decenas de voluntarios y colaboradores de un total de 19 colaboraciones que intervienen con terapias especializadas para colectivos con necesidades especiales, como el módulo de mujeres -donde cumplen condena 75 féminas-, el de aislamiento, los discapacitados intelectuales o los enfermos, quienes son atendidos, además, por especialistas de medicina interna, traumatología y psiquiatría, entre otros.