El juzgado de lo Penal número 2 de Albacete ha juzgado este viernes a J.C.A. por un delito de daños —al dejar morir a miles de perdices en una granja de Alcaraz (Albacete) donde trabajaba— por el que el fiscal le pedía inicialmente una pena de 10 meses de multa con una cuota diaria de 12 euros, aunque finalmente se le ha condenado al pago de una multa de 1.260 euros.

En la vista, el acusado ha reconocido los hechos y, al haber conformidad de las partes, se ha rebajado la pena impuesta, que será finalmente de 1.260 euros, resultantes de una pena de siete meses de multa con una cuota diaria de seis euros.

El acusado ha reconocido en el juicio que en el mes de agosto de 2008 trabajaba para una granja de perdices en Alcaraz (Albacete), de la que era el único encargado y por lo que estaba obligado a cuidar las instalaciones, dar de comer a los animales, limpiar las instalaciones y vigilar por la vida y la conservación de las aves que allí se criaban.

Sin embargo, J.C.A. no las alimentó por un largo periodo de tiempo, ni las cuidó, lo que provocó la muerte de 300 parejas ponedoras con precio de 20 euros, de 5.000 pollos menores de cinco meses con un precio cada uno de seis euros, de 3.000 huevos de perdiz, con precio de seis euros, y de 25 machos de reclamo, con un precio de 500 euros cada uno.

El abogado que representaba a la empresa que gestionaba la granja ha anunciado en el juicio que su representado renuncia a la indemnización, fijada en 51.500 euros. La sentencia, al haber habido conformidad, tendrá carácter firme.