El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha afirmado que los temarios de oposiciones para docentes aprobados por el Gobierno socialista el pasado mes de noviembre, y que su departamento acaba de derogar, eran "muy malos" porque "no servían para medir los conocimientos (de los aspirantes), ni su actitud pedagógica".

En declaraciones a Antena3, recogidas por Europa Press, el ministro ha indicado que con aquellos materiales existía la posibilidad, por ejemplo, de que alguien sin conocimientos de Francés "pudiera pasar el examen, incluso con buena nota". Así, ha reiterado que no servían para el sistema de selección del profesorado de "excelencia" que el Gobierno quiere implantar.

El ministro ha señalado respecto a las críticas de los que preparaban el temario los últimos meses que el cambio anterior se hizo el día 18 de noviembre en el BOE por lo que "el lío se les causó en noviembre y no anteayer". De este modo, ha afirmado que, aunque lamenta "muchísimo" el perjuicio que pueda causar el cambio, "su deber es atender a los intereses generales".

Por otro lado, ha anunciado que el temario de 2013 "intentará recoger de la mejor manera posible los criterios de excelencia que quieren para la formación, con un equilibrio proporcionado entre temas pedagógicos y de conocimiento".

Así, ha dicho que con este cambio pretenden "mandar una cierta señal de que se toman en serio la selección del profesorado" y ha subrayado que "el sistema de selección no se puede cambiar sin cambiar el temario".

Wert dice que es "resultadista"

En materia educativa, Wert se ha definido como "resultadista" y ha afirmado que "el proceso está al servicio del resultado" por lo que la reforma educativa "se hará con la mejor economía legislativa posible".

"No tengo la menor intención de cambiar ni una sola ley que no sea necesaria cambiar pero no tengo ni la menor intención de dejar sin tocar cosas que es necesario tocar para que los resultados mejoren", ha explicado.

En este sentido, ha subrayado que el modelo alemán y el finlandés "son buenos modelos en los que fijarse" y ha reconocido que tener muchos universitarios en España no es malo pero sí "tener una proporción inadecuada entre gente con formación universitaria y gente con formación profesional".

Este desequilibrio se ha producido, a su juicio, como "consecuencia del poco valor del proceso educativo y de un proceso de abandono escolar no masivo pero sí importante que ha afectado a entre 600.000 y 800.000 jóvenes".

De este modo, ha afirmado que un ingrediente "esencial" de la reforma será hacer más atractiva la formación profesional (FP) y que si son capaces de conseguir que "entre 200.000 y 300.000 jóvenes participen en el sistema habrán dado un paso de gigante para integrar la FP en el sistema educativo".