'Chernobyl': Rusia prepara su propia versión culpando a la CIA

La miniserie Chernobyl se ha convertido en el gran éxito sorpresa de HBO, justo lo que el canal necesitaba para compensar el final de su buque insignia Juego de tronos. El caso es que el show creado por Craig Mazin no es la única producción televisiva actual en torno a los fatídicos hechos del accidente que tuvo lugar en 1986 en la central de energía nuclear de Chernóbil. La cadena rusa NTV está preparando su propia versión para antes de que acabe 2019.

Según informa la publicación lituana 15min, el canal NTV, propiedad del gigante energético ruso Gazprom, comenzó a rodar el año pasado una serie sobre los hechos de Chernóbil. La dirección corre a cargo de Aleksey Muradov, quien ha declarado que la historia cubrirá tres periodos diferentes: unas horas antes de la explosión del reactor nuclear, la explosión en sí misma y los meses posteriores.

"Vamos a mostrar en detalle lo que sucedió. Tendrá varias líneas narrativas, muy trágicas y dramáticas", asegura Muradov. A diferencia de la Chernobyl de HBO, rodada en Lituania (por ejemplo, los sonidos de la central nuclear de Ignalina han jugado un papel clave en la banda sonora), esta serie se ha filmado en diversas localizaciones de Bielorrusia, buscando lugares que permitieran recrear fácilmente el paisaje urbano soviético de los años 80.

Aparte de contar los hechos desde el punto de vista ruso, la producción de NTV presentará como principal diferencia con la Chernobyl occidental (coproducida por EE UU y Reino Unido) una subtrama inspirada por la teoría de la conspiración que sitúa a la CIA detrás del accidente nuclear. "Hay quienes sostienen que los servicios de inteligencia extranjeros tenían cierto interés en la central nuclear de Chernóbil. De hecho, el día de la explosión uno de esos agentes estaba presente en la central", sostiene el director.

¿Va a reformular la serie la historia del accidente de Chernóbil como si hubiera sido un sabotaje de la CIA? Puede que la televisión rusa no llegue tan lejos, y solo cuente con la subtrama de espionaje como condimento dramático. Lo que está claro es que para el público ruso, ucraniano y bielorruso, que se divide entre quienes han acogido la Chernobyl de HBO con entusiasmo y los que critican que una historia propia sea contada desde la perspectiva anglosajona, será muy interesante tener la ocasión de comparar ambas posturas.