En total, el ambulatorio de Coia cuenta con una plantilla sanitaria de 37 médicos (incluidos dentistas y pediatras) para atender a las 43.027 personas que están adscritas a este centro.

Crecen los pacientes

De cara al futuro, Llorente tampoco prevé mejoras en la situación, pues con la nueva urbanización de Navia, la población de esta zona de la ciudad se verá incrementada. «Los pacientes, de ahora en adelante, se van a multiplicar por cuatro porque los residentes de Navia vendrán, en principio, aquí».

Y es que, aunque está prevista la construcción de un ambulatorio para los habitantes de las 30.000 viviendas de la zona, según Moncho Llorente, «primero se plantarán árboles».

Pero, antes de la consulta, los pacientes también sufren. Conseguir cita en Coia requiere una espera media de entre 20 y 55 minutos, pues para determinadas citas es necesario personarse en el propio ambulatorio. Así, Internet y el teléfono no sirven para conseguir vez en el especialista o para las pruebas clínicas o médicas, lo que está disparando las quejas de los usuarios.

Además de médicos y pacientes, la saturación afecta también al personal no sanitario, pues, según el representante sindical, la plantilla se mantiene desde hace diez años con ocho administrativos por la mañana y cuatro por la tarde.

El centro de Coia ofrece oftalmología, planificación familiar, tocología, ginecología, dermatología, endocrinología, psiquiatría, rehabilitación y laboratorio. Con estas nueve especialidades, vecinos de diferentes zonas de la ciudad son desviados aquí o a  la Doblada, por ser los dos centros con especialidades que existen en Vigo.

Dinos

... si conoces casos parecidos en otros centros de la ciudad

Cuéntanoslo en...

E-mail: nosevendevigo@20minutos.es

Correo: Manuel Nuñez, 4, 2.ª planta.

O en www.20minutos.es

Se acabó el problema del calor

A pesar del exceso de pacientes, los trabajadores del centro de salud de Coia están mejor que hace unos meses. Sus problemas con el calor se han acabado y ahora cuentan con una instalación de aire acondicionado. El ambulatorio fue construido hace treinta años y, hasta ahora, sólo contaba con un motor interno que hacía circular el aire. Un «parche» que los pacientes tuvieron que soportar durante el verano pasado, ya que el tejado de uralita y el revestimento inadecuado hacían que en el sótano los termómetros rondasen habitualmente los 30 grados. Una situación que, ahora, ya no se repetirá.