La cueva de El Soplao ha sido elegida para investigar la aplicación del georradar a la detención de cavidades en túneles. Se trata de la segunda cueva cántabra en la que se acometerá la investigación, ya que previamente se desarrollará en la de Lobeto, en el municipio de Herrerías.

Según destaca la web de El Soplao, estas actuaciones se enmarcan dentro de la investigación de zonas karstificadas en galerías mineras (soplaos), que a su vez se engloba en un proyecto de investigación trienal del Programa Torres Quevedo, del Plan Nacional de Investigación, Desarrollo e Innovación, que lleva por título 'Puesta a punto de una metodología no destructiva en base a técnicas geofísicas para el estudio de cavidades, túneles y obras subterráneas: abandonadas y en servicio'.

Según esta información, consultada por Europa Press, la presente etapa de la investigación se denomina 'Aplicación del georradar a la detección de cavidades en túneles. Investigación en sitios test en la Cordillera Cantábrica'.

En ella se analizan las posibilidades de la técnica geofísica de georradar para analizar la presencia de huecos. El georradar es una técnica no destructiva, basada en la propagación de impulsos electromagnéticos que rebotan contra diferentes anomalías del subsuelo (a modo de ecos).

Para este trabajo se han escogido dos sitios test, las cuevas de El Lobeto y El Soplao, que se caracterizan por la facilidad de acceso, presentar galerías transitables abandonadas sin interferencias con el tránsito, buena estabilidad geotécnica y cavidades kársticas muy significativas.

El primero de los sitios escogidos, la cueva-mina Lobeto, es una pequeña mina aislada de plomo-zinc que trabajó las primeras décadas del siglo XX. Está situada en el municipio de Herrerías, en la zona kárstica de Solnuevo, muy cerca del Territorio Soplao. La bocamina de la galería de arrastre de la mina intercepta un sistema kárstico de unos 1.000 metros de desarrollo.

El segundo sitio test escogido es la cueva El Soplao-minas de La Florida.