Arquitectura y tradición en el navarro Valle del Roncal

El Valle del Roncal mantiene la tradición en sus costumbres y sus municipios guardan todo el sabor de una arquitectura popular. Sus construcciones son especialmente bellas por su disposición y su mampostería.

Situado en Navarra, el Valle del Roncal está compuesto de siete municipios: Burgui, Vidángoz, Garde, Roncal, Urzainki, Isaba y Uztárroz. Estos municipios antiguamente estaban regidos por la Junta General que regulaba y mantenía los recursos económicos comunes  a todos ellos, principalmente en materia de pasto y explotaciones forestales.

La arquitectura propia de los Pirineos se refleja a la peculiaridad de este valle. La piedra, la madera, los tejados y las chimeneas cilíndricas dispuestas en torno a la iglesia de San Esteban, son elementos arquitectónicos y ornamentales que destacan en las casas y casonas del Valle del Roncal.

Los principales elementos arquitectónicos que forman las casas del Valle del Roncal son la piedra, las tejas de terracota curva y la madera envejecida que ofrece una tonalidad a la casa fría y oscura, muy contraria a su interior. Las casas aparecen con grandes alerones en el tejado para guarecerse de las nevadas, muy comunes en estos valles. Sus chimeneas, a veces, llegan hasta los cuatro metros de altura llegando a retar a las leyes de la física.

Se trata generalmente de casas de dos y tres pisos. En la planta baja está el solero con cuadra, bodega, cuarto de masar, era el lugar destinado a la realización del pan y el tratamiento a la comida para ser guardada en  la despensa, otro espacio que se encuentra dentro del solero. En esta planta, también se encuentran las bordas, lugar dedicado exclusivamente a guardar el ganado y  la leña.

La planta primera tiene las cambras o salas y las habitaciones. Es en este espacio cerrado donde duermen los actuales clientes de las casas rurales o los propietarios de las casas. Aquí también están los salones o áreas de descanso, muy confortables y soleados, gracias al ventanal que preside el cuarto de estar.

En la segunda planta se encuentra la cocina con la típica cheminera, la chimenea aragonesa que ocupa gran parte de la estancia. El tercer piso es la sabaya o yerbero.