El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, considera que "unidad de cuenca y trasvases no son incompatibles" y que no hay por qué tirar las aguas "excedentarias" siempre y cuando se respeten los caudales ecológicos, al tiempo que ha apelado a la Constitución, que recoge los principios de "solidaridad" y "cohesión" territorial.

Durante su primera intervención en la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los Diputados, el ministro ha abierto así la posibilidad a replantearse nuevas infraestructuras hidráulicas o trasvases y ha apostado por hacer las obras del Pacto del Agua de Aragón y ha destacado que, de manera "urgente" el Ministerio acometerá el Plan especial del Alto Guadiana, con el que se desarrollarán "nuevas actuaciones" en el sector del Guadiana.

"Hagamos un gran Pacto Nacional sobre el Agua, no una Imposición Nacional sobre el Agua", ha enfatizado Arias Cañete, quien ha prometido que se intentará buscar el consenso "en donde se pueda" y ha insistido en que hay "mucho sentido común que aplicar a la gestión del agua en España si hay voluntad".

Por ello, ha anunciado que el Pacto Nacional del Agua que se plasmará en un "nuevo Plan Hidrológico Nacional" garantizará el suministro de agua en "calidad y cantidad suficiente", de forma "integral y solidaria" en todo el territorio nacional, tanto para las necesidades humanas como las del mantenimiento de los ecosistemas.

En ese sentido, ha explicado que, se mejorará la coordinación de las confederaciones hidrográficas y las sociedades de aguas y que se revisarán "todos" los planes de demarcación hidrográfica, al tiempo que se potenciará la reutilización y la depuración con el objetivo de cumplir con la normativa europea.

Además, ha lamentado el "incumplimiento" por parte de España de la Directiva Marco de Agua y que le convierte en el país "más atrasado en Europa" en su aplicación y que de los 25 planes de cuenca "sólo" se ha concluido el de Cataluña. A este respecto, ha dicho que se revisarán todos los planes de cuenca con el propósito de que estén concluidos antes del final de 2013.

Precisamente, ha culpado a la "herencia recibida" de las dificultades con que se encontrará y ha criticado las "grandes inversiones" en desaladoras que producen por debajo de lo esperado.

Respecto a las desaladoras, Arias Cañete no ha parecido muy a favor de esta tecnología porque produce un agua "cara", a 1,42 euros el metro cúbico, que los agricultores no quieren comprar o que si se vende a un precio económico (0,30 euros metro cúbico) es porque "hay que subvencionarla".

Además, del plan de construcción de 51 desaladoras, en la actualidad se ha construido y está funcionado el 16,45 por ciento, ya que hay 17 en explotación y otras 15 en construcción. "Precisamos de otros 762 millones de euros si queremos que las 32 iniciadas estén operativa, con una inversión total de 2.400 millones de euros de inversión", ha apuntado.

"Es cierto que la desalación es un método muy útil, pero medioambientalmente es dudosamente sostenible por su elevado uso energético y por el alto flujo de nivel salino que genera", ha concluido.