El Gobierno de Navarra realizará en 2012 las obras de consolidación de la ermita de San Martín de Guerguitiain

El Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra acometerá las obras de consolidación de la ermita de San Martín de Guerguitiain, situada en el despoblado del mismo nombre, en el valle de Izagaondoa.
Patrimonio Histórico Consolidará La Ermita De San Martín De Guerguitiain.
Patrimonio Histórico Consolidará La Ermita De San Martín De Guerguitiain.
EP/GOBIERNO DE NAVARRA
Patrimonio Histórico Consolidará La Ermita De San Martín De Guerguitiain.

El Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra acometerá las obras de consolidación de la ermita de San Martín de Guerguitiain, situada en el despoblado del mismo nombre, en el valle de Izagaondoa.

Dado el interés específico del edificio, su valor dentro del conjunto del patrimonio histórico del valle, su localización en despoblado, su estado de conservación y la previsible complejidad de la reparación, el Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura encargó hace dos años un levantamiento de planos del edificio para evaluar con mayor precisión sus deformaciones y daños, y el año pasado encargó un proyecto de consolidación que ha redactado el arquitecto Aitor Ramírez Rico.

Comprende la consolidación y restauración estructural de los muros y de las bóvedas, la reparación de la espadaña y la restauración de las cubiertas. El presupuesto del proyecto es de 331.549,53 euros y su ejecución se pretende tenga lugar dentro del año 2012.

Hoy, según el Ejecutivo, la ermita está prácticamente abandonada y recibe sólo cuidados esporádicos en el exterior por parte del lugareño de la casa Albero. Algún grupo cultural organiza excursiones y visitas guiadas a la ermita como elemento del patrimonio histórico del valle, dado que el entorno de la Peña Izaga cuenta con abundantes edificios románicos o de inicios del gótico de carácter rural, de pequeño tamaño pero de gran interés. Los más destacados, como la ermita de San Miguel de Izaga -de notable antigüedad y de sorprendente dimensión dada su localización-, la iglesia de Artáiz, o la torre de Celigüeta, han sido restaurados directamente hace años por la Institución Príncipe de Viana.

En la conservación de muchos otros, como las iglesias de Reta, Indurain, Zuazu, Najurieta y la antigua de Unciti, la fuente-aljibe de Artaiz, y diversas edificaciones domésticas, o pequeñas torres como la de Alzórriz, etc., la institución ha colaborado en los últimos veinticinco años mediante subvenciones y asistencia técnica, de forma que hoy constituyen además uno de los atractivos turísticos de estos lugares, con su paisaje dominado por la sierra de Izaga.

El edificio se encuentra en estado de ruina progresiva. Es especialmente inquietante la grieta que recorre verticalmente la cabecera, donde hay adosado un contrafuerte para evitar la apertura y desplome del muro; ha propiciado, además, un movimiento de la cubierta y la entrada de agua hacia la bóveda de horno, con su consiguiente deterioro.

Los muros laterales se encuentran todavía en razonable estado a pesar de mostrar desplomes y grietas, si bien el muro de espadaña no cabe decir lo mismo y la cubierta presenta un agujero grande en el punto donde hace años cayó la campana perforando la bóveda y dañando el coro, y otro agujero más en el lado opuesto, por los que entra agua. También se aprecian daños en la estructura de madera de la cubierta, ha añadido el Gobierno.

La ermita se incluye dentro del estilo románico rural, del que hay otros ejemplos en el valle. Data de finales del siglo XII o inicios del XIII y es de nave única, dividida en tres tramos más el ábside semicircular. Los muros son de sillería. Las bóvedas de cañón apoyan en arcos fajones doblados que descansan en pilastras. La cabecera se cubre con bóveda de horno. En el segundo tramo de la nave se abre hacia el sur una portada de medio punto con tres arquivoltas. En el muro occidental se levanta una sencilla espadaña con arco de medio punto para alojar la campana.

El edificio presenta ornamentación esculpida en los capiteles de la portada y de la nave. El repertorio ornamental de esta ermita fue empleado en otras iglesias del entorno, como la cercana de Vesolla, la de Sengariz, o las de Alzórriz y de Najurieta en el vecino valle de Unciti, así como en lugares algo más alejados como Leache.

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