La consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Blanca Martínez, que este martes ha inaugurado en el Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA) de Muriedas la IX Cata de Vinos Experimentales de Cantabria, ha defendido la cultura del vino como fuente de empleo en el mundo rural, y generadora de sinergias con el turismo, la gastronomía y la cultura

La consejera ha garantizado el apoyo del Gobierno regional a este foro y su apuesta decidida por "todos aquellos programas experimentales que tienen por finalidad mejorar la competitividad de nuestros emprendedores", uno de los cuales es el Plan Vitivinícola de Cantabria, que evalúa diferentes variedades y patrones de vid, de sistemas de cultivo y de vinificación.

Además, ha subrayado que la cultura del vino crea riqueza en muchos ámbitos. "Por encima de todo, es una importante fuente de empleo en el mundo rural pero, además, desarrolla sinergias con el turismo, la gastronomía y la cultura, en el sentido más amplio del término".

En su intervención ante las personas participantes en esta cata, en la que se han dado cita enólogos, catadores, productores de vino de Cantabria y distribuidores, la consejera ha defendido la calidad de los productos agroalimentarios como una condición "necesaria pero no suficiente", para triunfar en un mercado cambiante, global y muy competitivo.

"Es absolutamente necesario diferenciarse, obtener un producto con personalidad propia y que sea fácilmente reconocible", ha afirmado, asegurando que el fomento del concepto de alimentos locales es prioritario en la línea de trabajo de su Consejería, a través de la Dirección General de Pesca y Alimentación.

Los resultados de esta novena edición determinarán la calidad enológica de las variedades evaluadas, una calidad que Blanca Martínez ha considerado elemento determinante para toda variedad que aspire a lograr la denominación de vinos de calidad de Cantabria. Por ello y porque "otra de las virtudes de esta cata experimental reside en que facilita la transferencia de conocimiento e ideas entre los productores, ha garantizado que el Gobierno de Cantabria apoya y continuará fomentando la edición de estas catas.

Once bodegas

En Cantabria son 11 las bodegas que comercializan los vinos elaborados con uva propia. De ellas, ocho se encuentran en la zona de la denominación 'Vinos de la Tierra Costa de Cantabria' y tres están en la zona de la denominación 'Vinos de la Tierra de Liébana'.

Las variedades estudiadas este año se pueden englobar dentro de dos menciones de calidad de Vinos de la Tierra denominadas 'Costa de Cantabria' y 'Liébana', tales como Albariño, Treixadura, Gros-Manseng y Palomino, dentro del primer grupo de vinos blancos y Mencía, Syrah y Carrasquin dentro del segundo grupo y variedades tintas, según informa el Gobierno de Cantabria en un comunicado.

La finalidad de este proyecto del CIFA no es la obtención de vinos comerciales sino la evaluación de vinos monovarietales con la que se pretende conocer las características físico-químicas y organolépticas específicas de cada variedad.

Para obtener las conclusiones, hoy se ha realizado una cata ciega, en la que catadores expertos hacen su valoración tras realizar una cata a ciegas y, por otro lado, se ha realizado una cata dirigida en la que los titulares de las fincas colaboradoras y otros vitivinicultores de Cantabria, técnicos y otros profesionales del sector, debaten sobre los caldos obtenidos.