Madrid tiene museos para todo

  • La oferta de museos insólitos de la región es larga: de crímenes célebres, de primeros coches de bomberos, de piedras o de arte para ciegos, entre ellos.
  • En Vallecas se exhiben los utensilios que utilizaban los "matafuegos" de la Villa.
El estadio Santiago Bernabéu, en una imagen de archivo.
El estadio Santiago Bernabéu, en una imagen de archivo.
EP
El estadio Santiago Bernabéu, en una imagen de archivo.

No son tan visitados como el Prado, el Reina Sofía, el Thyssen o el Bernabéu (sí, el museo del Real Madrid es uno de los más concurridos de la capital). Tampoco están en las guías turísticas ni forman parte de los circuitos culturales. Pero seguro que no dejarán indiferentes a ninguno de sus visitantes: la región tiene una oferta casi infinita de museos alternativos o fuera de lo común, con salas llenas de órganos humanos en formol, vitrinas con instrumental quirúrgico para veterinarios o muestras dirigidas a ciegos.

Los amantes de lo escabroso tienen una cita ineludible en la Facultad de Medicina de la Complutense. Una sala alberga el Museo de Antropología Forense y Criminalística, con cráneos antiguos, documentos rescatados de crímenes célebres y miembros humanos conservados para la investigación. La estrella de la exposición es un garrote vil que se usaba para ejecutar a los presos de Carabanchel.

Mucho más familiar es la casa-museo del Ratoncito Pérez, en el 8 de Arenal, con su colección de dientes ilustres. También es apto para niños el Museo Municipal de Bomberos, en Portazgo (Vallecas), que exhibe vehículos y utensilios del Cuerpo de «matafuegos de la Villa». Desde los rudimentarios cubos y palas que utilizaban en 1577 (cuando surgió el servicio en la capital) hasta los coches rojos de bomberos del siglo xx.

De la Guardia Civil a los invidentes

Otro Cuerpo con museo es la Guardia Civil: en Guzmán el Bueno se hace un repaso a sus armas, la evolución del tricornio e, incluso, la Real Orden que les aleccionaba sobre el tamaño del bigote (lo más grueso y poblado posible).

Para unos son solo un montón de piedras. Pero para los entendidos en geología es un paraíso: el Museo Ciclópeo de Colmenar Viejo, al aire libre, incluye 80 rocas de diferentes tamaños y procedencias. También rodeado de naturaleza está el centro ambiental de La Pedriza, con grutas, cascadas y ejemplares de animales serranos incluidos.

Las discapacidades físicas tampoco son una barrera. La ONCE ha diseñado un recinto especialmente dedicado a los ciegos: el Museo Tiflológico. No solo exponen máquinas adaptadas para discapacitados visuales o utensilios de la escritura Braille. Lo novedoso del museo es la posibilidad de ‘ver’ monumentos y esculturas con el tacto, además de obras de arte realizadas por invidentes.

La cuenta de museos insólitos no deja de crecer. El último: una sala dedicada a la historia del cine en Villarejo de Salvanés, donde no falta uno de los proyectores originales de los hermanos Lumière.

Las maquetas de la ciudad

Los urbanitas pueden pasar horas y horas en el Museo de la Ciudad de Madrid, en Príncipe de Vergara. Allí se reproduce todo el centro de la capital en una maqueta, se puede viajar a las entrañas de la estación de Sol tal y como era en los años 50, y se explica la llegada de la luz, el agua y el teléfono a la ciudad.

Pocas áreas temáticas carecen de un museo específico en Madrid: el Planetario, el Museo Naval, el del Traje, el del Ferrocarril, el de Telecomunicaciones, el Botánico o el de Ciencias Naturales son algunos ejemplos.

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