La situación en los aeropuertos canarios, pese a algunas colas, está siendo de tranquilidad "gracias al ejemplar comportamiento de los numerosos afectados que se están acercando hasta ellos para presentar sus reclamaciones", informó el Gobierno regional en un comunicado.

Por su parte, cerca de 1.400 pasajeros se vieron afectados este sábado en Canarias por el cese de operaciones de Spanair, mientras que los organismos encargados del tráfico aéreo y las aerolíneas se centran desde la tarde de ayer en que los viajeros puedan volar a sus destinos.

Además, la compañía hubiera operado este sábado un total de 11 vuelos con Canarias, de los que uno debía salir desde Tenerife Sur, tres desde Tenerife Norte, dos desde Lanzarote y cinco desde Gran Canaria, de los que uno es un charter, que debía partir hacia Noruega.

Al respecto, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha afirmado este sábado sobre el cese de operaciones de Spanair que si el resto de compañías aéreas no cubren las necesidades de conexión del archipiélago pedirá la declaración de obligación de servicio público para las uniones entre la península y las islas.

"En el supuesto de que no haya capacidad para cubrir las necesidades de las islas, el Gobierno de Canarias va a exigir que se active la declaración de obligación de servicio público [para el tráfico península-Canarias] porque para nosotros es esencial mantener un nivel de frecuencias que permita una oferta de asientos que responda a las necesidades de un archipiélago como el nuestro", matizó.

Reubicación de pasajeros

Finalmente, la Dirección General de Transportes del Ejecutivo regional, en contacto permanente con el gabinete de crisis, ha recibido la información de que Vueling habilitará cuatro conexiones extraordinarias este fin de semana entre las islas capitalinas y Barcelona.

Mientras, acuerdos con otras compañías están permitiendo reubicar a los viajeros en aerolíneas como Air Europa, Vueling e Iberia, aunque, al tratarse de un cese de actividad, los pasajeros deben comprar un nuevo billete, que para este caso se han puesto a un precio de venta de 45 euros para los residentes canarios y de 90 para el resto de damnificados.