Victory destapa su Judge 2013, musculosa a la americana

Mientras todas las marcas siguen presentando sus novedades de dos ruedas para este 2012, Victory ya nos ha dado información de uno de sus modelos estrella para la gama 2013, la Judge, una moto nacida para hacer kilómetros de carretera e inspirada en los míticos muscle cars americanos de los años sesenta.

Concretamente, este modelo se distingue del resto por una variedad de colores poco convencional y por una ergonomía de lo más accesible, entre otras muchas particularidades.

Su precio en los Estados Unidos, de 13.999 dólares, la sitúan entre los modelos de motos más económicos de la marca, únicamente por encima de la Vegas 8-Ball y de la recién llegada a nuestro país, la High Ball, ambas un poco más económicas. Aún así, la Judge es más barata que su otra hermana, la Hammer 8 Ball.

La nueva Judge no sólo se diferencia por su original gama de colores (gloss black, suede nuclear sunset y sunset red), sino también por la adopción de unas elegantes llantas de 16 pulgadas y cinco radios y por la presencia de un asiento biplaza que parece, esta vez sí, haber tenido un poco en consideración el confort del acompañante tal y como deja entrever la presencia de unas pequeñas agarraderas.

Por otro lado, lo que se ha priorizado a sus mandos es la sensación de control y la naturalidad en la conducción. Para lograrlo se han acercado todos los controles y se han colocado a media distancia, lo que junto a un asiento a muy poca distancia del suelo (658 mm) promete un centro de gravedad más bajo y centrado que en los otros modelos, haciendo de ella una cruiser mucho más atractiva y adecuada para los conductores de menor talla.

No hay novedades a nivel mecánico y se sigue confiando al V-Twin de 1.731 cc refrigerado por aire con un ángulo de 50º entre los cilindros, un portentoso motor con una gran capacidad de empuje, un tacto suave y una sexta velocidad overdrive que rebaja notablemente el régimen del motor para contener los consumos en los viajes.

Tampoco vemos grandes novedades en los frenos, un disco de 300 mm delante y otro detrás, ni en el resto de su ciclística más allá de los pequeños ajustes en su geometría, que en este caso destaca por una distancia entre ejes bastante contenida.

Incluso el depósito de 17 litros se distingue más por su diseño que por su capacidad, que es muy pareja a la del resto de modelos de la marca de categoría comparable.