Donde hay más diferencia es en el centro, mientras que en los barrios el sobrecoste es menor. Una ronda de tres coca-colas en una terraza del casco histórico vale tanto como cuatro en barra.

La normativa no limita cuánto cuesta dentro o fuera del establecimiento, eso sí, la tarifa tiene que estar en la lista de precios del bar.

152 cañas para rentabilizar

Los hosteleros tienen que pagar entre  91,61 euros por un velador (conjunto de mesa y cuatro sillas) de una calle peatonal del centro a los 45,27 euros de una calle normal de los barrios. Así, con lo que cobran de más por un refresco, un bar del centro tiene que poner 152 cañas para rentabilizar cada mesa.

La Policía de Barrio hace un seguimiento continuo de las terrazas para comprobar que todas cumplan las normas. El año pasado hicieron 1.573 inspecciones y sólo detectaron 52 infracciones: 17 por poner más mesas, 14 por carecer de licencia, nueve porque las sillas no eran las adecuadas...

En el chiringuito

Jesús Rodríguez

Camarero del bar Rosina, con terraza en las Delicias

«Seguimos trabajando al mismo ritmo y con la clientela de siempre, sólo que en vez de sentarse dentro del bar, cuando llega el buen tiempo, les gusta sentarse en la terraza. Y te puedo decir que se nos llena, desde las 19.00 horas y hasta las 12.00 de la noche, no es fácil encontrar una mesa libre. La propina es una costumbre que no se ha perdido, quien más y quien menos te deja algo, y por aquí debo reconocer que hay clientes muy espléndidos».

Daniel Gutiérrez

Cliente en una terraza de la plaza de la Universidad

«Me gusta sentarme en las terrazas porque, cuando llega el buen tiempo, apetece estar en la calle y, además, se genera muy buen ambiente. Me parece justo que te cobren algo más por sentarte, ellos tienen que pagar licencia y estás utilizando la vía pública, también les supone más esfuerzo atenderte fuera, ya que es un trabajo extra. Lo de la propina... depende de cuántos somos, del sitio, del trato, y del tiempo que hemos estado».

Máximo Luis Blanco

Camarero del bar Benito, con terraza frente a Económicas

«Aquí tenemos mucho cliente de terraza, que sólo los ves en verano. También vienen muchos estudiantes que, en los ratos libres, se acercan a tomar un café. Nosotros llevamos 30 años aquí y, cuando entra el verano, tenemos todas las mesas ocupadas desde las 19.00 horas hasta casi la una de la mañana. Montar la terraza es lo que nos da la vida, por mucho que tengas aire acondicionado. Sí que se suele dejar propina, casi la mitad de los clientes la dejan».