Siempre mandaron en sus cuadros el realismo social y el pensamiento político, pero la obra de Juan Genovés (Valencia, 1930) tiene también un irresistible componente cinemático: los minúsculos seres humanos de cada pintura, a vista de pájaro, juegan revolucionados a vivir, componen coreografías con sus movimientos y forman un juego involuntario de tonos con su ropa de colores.
Cuando el pintor expuso por primera vez en la galería Malborough de Nueva York era 1967 y el artista protagonizaba una de las primeras exposiciones que mostraban la obra de un español que no se había exiliado por la dictadura de Franco pero que se oponía a ella. No pasó desapercibido: fue tal el éxito de la muestra que incluso el pintor irlandés Francis Bacon se hizo con uno de los cuadros.
La Malborough sigue representando a Genovés y expone hasta el 11 de febrero una veintena de acrílicos, los cuadros más recientes del pintor valenciano. Será la novena vez que la galería descubre el trabajo más novedoso del artista desde que apostó por él en los años sesenta.
'Películas' plasmadas en lienzo
Estudia en sus pinturas la muchedumbre, el grupo de gente que se ve zarandeada hacia algo invisible que no pueden controlar. No hay árboles, carreteras ni edificios que frenen ese flujo descontrolado de personas. Genovés espera con cada visión que el espectador saque conclusiones sobre el desasosiego. El "individuo solo" y la "multitud" siempre actúan en esas películas plasmadas en lienzo.
En paralelo a la exposición de Nueva York, el festival del vino de Naples (Florida), que comienza hoy viernes y se celebrará durante el fin de semana, ha escogido a Juan Genovés (Valencia, 1930) como artista destacado de su última edición y subastará Arcos, una de las obras recientes del veterano pintor.
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