La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 10 años de prisión a una mujer que agredió hasta casi matar a su hija de pocos meses, a la que solía alimentar solo con manzanilla, y ha absuelto a su pareja sentimental por los mismos hechos.

Esmeralda C.F. ha sido declarada autora de los delitos de lesiones, intento de homicidio con el agravante de parentesco y malos tratos, mientras que el otro acusado, Milton M.M., ha sido absuelto de la totalidad de los delitos.

La condena ha sido menor a la solicitada por el fiscal en el juicio, celebrado el pasado mes de noviembre, ya que pidió 22 años de cárcel para cada uno de los procesados.

La sección 30 de la Audiencia madrileña ha considerado probado que Esmeralda, española, dio a luz a su hija en 2008 y a los pocos meses se fue a vivir con ella a un piso de Parla de Milton, de origen ecuatoriano y con el que había iniciado una relación sentimental.

Mientras duró la convivencia entre Esmeralda y Milton la bebé era atendida, fundamentalmente, por su madre y solo en momentos puntuales por su novio, "sobre todo cuando la menor lloraba de forma continuada y ella no podía calmarla o cuando se exasperaba porque no lograba que la niña tomara el biberón", dice el escrito.

Esmeralda no se esmeraba demasiado en el aseo de la niña y en alguna ocasión le llegó a suministrar agua de manzanilla en lugar de leche, por no disponer de dinero para adquirirla, según el tribunal.

A primeros de enero de 2009, la ahora condenada propinó a su hija golpes en miembros superior e inferior izquierdos, que le causaron fracturas y, el 19 de enero de 2009, le dio un fuerte golpe en la cabeza.

A las pocas horas, Esmeralda cogió a su hija y se la entregó al padre biológico, momento en que éste se alarmó por el estado de la bebé y la trasladó al hospital Infanta Cristina de Parla, donde se le apreció, entre otras lesiones y patologías, fractura craneal y anemia aguda.

Durante el juicio, el padre relató que su hija padece secuelas físicas y déficit cognitivos como consecuencia de haber pasado jornadas enteras en una habitación a oscuras, donde se madre no la atendía.

La sentencia añade que Esmeralda C.F. padece un trastorno límite de la personalidad con un componente de trastorno antisocial pero que no le produce ninguna merma en sus facultades mentales ni de la voluntad.