"Mi vecino disparó a matar y tememos que vuelva a intentarlo"

  • Una pareja de Vallecas está 'exiliada' de su casa tras una pelea por una derrama.
  • El autor de los disparos fue otro residente del bloque de viviendas.
  • Vuelven escoltados por la Policía Nacional.
Raquel y Antonio, junto al agujero que uno de los proyectiles disparados por su vecina dejó en una farola.
Raquel y Antonio, junto al agujero que uno de los proyectiles disparados por su vecina dejó en una farola.
Jorge París
Raquel y Antonio, junto al agujero que uno de los proyectiles disparados por su vecina dejó en una farola.

Las lágrimas asoman en los ojos de Raquel cuando regresa a su casa de la calle de Llansa de Vallecas junto con su marido, Antonio, escoltados ambos por una decena de agentes de la Policía Nacional, más de la mitad de ellos de paisano.

Esta pareja de treintañeros madrileños saltó a los medios de comunicación el miércoles 11 de enero por un trágico suceso. Su vecina del tercero intentó matarles de un tiro. Afortunadamente, falló. Casi dos semanas después, su historia ya no interesa en los informativos, pero ellos siguen inmersos en su particular infierno. "Disparó a matar y tenemos miedo de que vuelva a intentarlo", dicen.

Dos escopetas y un rifle

El impago de una derrama de 150 euros para pintar la escalera fue el detonante de un suceso "incomprensible" para ellos y que los ha convertido en prisioneros de las Fuerzas de Seguridad. "No entendemos que pidieran la derrama y luego se líen a tiros para no pagar. Cada vez que venimos a coger ropa, dinero, documentos o comida tenemos que llamar a la Policía", cuentan.

Ahora están esperando la orden de alejamiento para volver a casa, aunque eso no garantiza que no vuelvan a intentarlo. Dicen que los vecinos les han advertido que "son de los que te pueden pegar una puñalada por la espalda", aseguran.

Por fortuna, les han prestado una casa fuera del barrio –de la que prefieren no desvelar la ubicación– para poner tierra de por medio. Porque aunque el autor está en la cárcel, Nieves y otros familiares –colaboradores en la agresión– permanecen libres. No obstante a ella se la ha visto hace unos días con una maleta.

"Nadie podía imaginar que tenían armas en casa", explica el padre de Antonio, que los acompañó de regreso al lugar de los hechos para tomar la fotografía que acompaña este reportaje. Ese día, para evitar molestar a los agentes, la pareja se arriesgó a volver a su casa sin protección policial. Por suerte, el rifle y las dos escopetas que tenían su vecinos se las llevó la Policía.

Su vivienda está en venta

Raquel llega a duras penas hasta su calle arrastrando la pierna donde recibió el tiro. Le quedan muchas curas por delante y varias sesiones con el psicólogo "para desahogarme". Al menos puede contarlo gracias a que su marido hizo de escudo humano, aunque a cambio recibió esquirlas de la metralla.

Tienen claro que se irán del barrio: "Ya vendíamos la casa, pero ahora con más motivo". Pero aunque ellos se vayan antes o después, la pareja ha ido al Ivima para pedir que realojen a esta inquilina conflictiva y que el vecindario pueda vivir en paz. El Ivima aseguró a este diario que está "estudiando" no renovarle el contrato, que vence en marzo, por la "gravedad" de los hechos.

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