El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha expresado este domingo su esperanza de que el Consejo de Ministros del próximo viernes pueda aprobar el anteproyecto de Ley de Equilibrio Presupuestario, tras consultarla el miércoles con la Comisión Nacional de Administración Local.

Montoro, que ha participado en Sevilla en la presentación de los cabezas de lista a las elecciones andaluzas de marzo, ha dicho que se trata de una reforma "urgente para España" y ha añadido que dicha ley irá acompañada más adelante de una Ley de Transparencia de Gobierno.

Esta última ley recogerá las responsabilidades de los gestores públicos y "las sanciones correspondientes, en términos administrativos y penales, en paralelo a lo que hoy se exige a los administradores privados en España".

En una conversación posterior con los periodistas, el ministro ha reafirmado el compromiso del Gobierno de cumplir los objetivos de déficit pero ha añadido que Europa debería aclarar y reorientar los objetivos en ese sentido, a la vista de los últimos informes sobre la coyuntura económica.

Según Montoro, mediante la consulta a la Comisión Nacional de Administración Local los ayuntamientos se verán "comprometidos en el equilibrio presupuestario y en la transparencia de la gobernación pública", ya que las dos leyes que prepara el Gobierno "clarificarán las responsabilidades de los gestores públicos, que estamos sometidos a las leyes, y las infracciones de carácter administrativo o penal que se deriven del falseamiento de las cuentas públicas o de cualquier delito que se produzca en la gestión de esas cuentas".

El ministro ha reiterado sus críticas hacia el Gobierno andaluz y ha dicho que "hay que impedir por ley que se reproduzcan situaciones como se están dando en Andalucía, que haya esa opacidad de cuentas y esa cola pendiente de proveedores".

Hay que impedir que "en España tengamos gestores que con su actitud conducen a la ruina de todos y especialmente a la frustración de los más jóvenes", ha apostillado.

En una entrevista concedida a La Vanguardia, Cristóbal Montoro, ha descartado subir el IVA y los impuestos especiales, y considera que Bruselas debe marcar un nuevo objetivo de déficit público para España en 2012 (el actual es del 4,4% del PIB) que tenga en cuenta el escenario de "recesión".

Montoro ha garantizado que, si Bruselas dibuja un nuevo escenario y modifica el límite de déficit para España para 2012, tal y como espera, el Gobierno español "lo asumirá en su totalidad".

Ante la pregunta de si el Gobierno renuncia entonces a reducir el déficit al 4,4% del PIB este año, lo que comportaría un ajuste de unos 50.000 millones de euros, ha asegurado que el Gobierno "no renuncia a nada", y que cumplirá "con lo que diga Bruselas".

"Sin embargo, es obvio que cuando se fijó reducir el déficit del 6% al 4,4% se hizo con un escenario de crecimiento económico y no de recesión como el que nos encontramos (...) Lo que España defiende es conseguir la estabilidad de forma realista", ha afirmado Montoro.

En este contexto, ha argumentado que si el Fondo Monetario Internacional ha modificado sus previsiones económicas, el Gobierno español "está esperando a que Bruselas también lo cambie y lo adapte a la nueva situación", y ha alertado de que si la UE no adapta el plan de estabilidad "no solamente se hundiría España, sino toda Europa".

Para Montoro, subir el IVA hundiría más la economía y perjudicaría "a las capas sociales más débiles", y ha dicho que tampoco tiene sentido subir los impuestos especiales (gasolina, tabacos y alcohol).

Por otra parte, el titular de Administraciones Públicas ha avalado la política de ajustes del gobierno catalán y ha afirmado que el presidente catalán, Artur Mas, "está evitando que Cataluña se hunda financieramente".

Sin embargo, ha dicho que las deudas pendientes de Cataluña se resolverán "en función de los escenarios presupuestarios", y aunque se ha mostrado dispuesto a hablar respecto al pacto fiscal, ha cuestionado "los cálculos" que hace el Govern.

Por otra parte, Montoro ha avanzado que prevé suprimir "entre 450 y 460 organismos públicos" de todas las administraciones, y ha defendido que su partido no se plantea una "involución autonómica", porque "los centralistas no están mandando en el PP", ha dicho.