Menos multas por dar positivo en los controles de alcoholemia, pero entre los sancionados, más con elevadas tasas, lo que implica que se convierta en delito penal.

Es la principal conclusión que se desprende de los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico (DGT) a 20 minutos, según los cuales, la Guardia Civil cazó el año pasado en la provincia de Valencia a 1.309 conductores que superaron en más del doble el límite de alcohol permitido (0,25 miligramos en aire), un 18,4% más que en 2010 cuando pillaron en estas condiciones a 1.102.

Todos ellos, por tanto, fueron puestos a disposición judicial y se enfrentan a penas de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, además de perder el carné entre uno y cuatro años.

Sin embargo, este dato contrasta con el total de sanciones puestas por dar positivo con tasas más bajas (entre 0,25 y 0,5 miligramos), que ha registrado un descenso considerable, pasando de las 7.372 multas de 2010 a las 5.238 del año pasado (un 40,7% menos).

Al respecto, la coordinadora de proyectos de Fesvial, Cristina Catalá, explicó que «la mayoría de la sociedad está muy concienciada y cada vez son menos los que conducen bebidos. Sin embargo, hay un pequeño núcleo que sigue siendo reacio. Eso, unido al incremento de los controles, hace que aumenten los delitos»