La piel que habito, de Pedro Almodóvar, será la película con más candidaturas (16) en la final del 19 de febrero. Pero No habrá paz para los malvados (14), Blackthorn (11) y La voz dormida (9) no se lo pondrán nada fácil.

La quinta película protagonista de la noche de los Goya será Eva: esta rareza (una tierna historia de robots) varias candidaturas. Su protagonista, Daniel Brühl, lo tiene difícil con Antonio Banderas (La piel que habito), Luis Tosar (Mientras duermes) y José Coronado (No habrá paz para los malvados) como rivales. Otro premio, el de efectos especiales, parece en cambio seguro.

La solución, el 19 de febrero. Eva Hache presentará la gala en la que el cine español festejará su glamour, y la película que salvó el año, Torrente 4, no estará presente. Qué cosas.

Nuestro crítico Max Boraita analiza las candidatas a mejor película:

Maravillosa. O un espanto, según se mire. Porque lo último de Almodóvar, La piel que habito, no tiene nada que ver con sus anteriores películas, y no dejó a nadie indiferente. Por primera vez, el manchego se asomó al género del terror: sombría y retorcida, casi carente del habitual humor de su autor, la película supone una gran oportunidad para pasear por el lado más sádico y pesadillesco de un director hasta ahora más festivo. Dos cosas son indiscutibles: su factura técnica, impecable, y que los riesgos de Almodóvar son, al menos para la Academia, admirables.

No habrá paz para los malvados fue bien recibida por gran parte de la crítica. ¿Sus argumentos? Coronado está estupendo. Urbizu es el mejor director español de thriller. Y al menos esta historia de un perdedor que salva al sistema con métodos discutibles aporta una historia novedosa en el panorama local. Es cierto que Coronado brillaba y que en un país de ciegos (para el thriller) Urbizu es un dignísimo tuerto. Pero la historia, previsible, facilona, arquetípica, no daba para mucho más que para un telefilme aceptable.

¿Una película del oeste, ambientada en Bolivia, dirigida por un español y protagonizada por Eduardo Noriega? Como era previsible, Blackthorn se estrelló en la taquilla. Y fue una pena: emocionante y con un Sam Shepard memorable, la arriesgadísima pirueta de Mateo Gil fue una de las mejores obras del cine español en 2011. Rodeada de películas superficiales, en un turbulento océano de dramas y comedietas de usar y tirar, Blackthorn ofrecía dos horas de cine de primer nivel. Casi un año después de estrenarse, quizá los Goya le regalen una fría (e inesperada) revancha.

La película ideal para recomendar a la madre o la abuela. ¿Es eso malo? Seguramente, no, pero quizá no sea suficiente para satisfacer al espectador exigente. Dentro de su corrección, La voz dormida no pasa de ser otro drama, el enésimo, sobre inocentes condenados, familiares desgarrados, algún que otro malo malísimo y excepcionales bondades. ¿Su gran virtud? Sin ninguna duda, el reparto. Casi todas las actrices de la película brillan, pero en el caso de María León el adjetivo para definir su trabajo bien podría ser el de excepcional.