Un joven que acabó con la vida de sus padres golpeándolos con un bate de béisbol y el televisor de la casa está cobrando la pensión de orfandad.

Los hechos ocurrieron el 23 de enero de 2009 en Valencia, hace ahora tres años. Sin embargo, el parricida cobra desde entonces una pensión de 687 euros al mes.

A pesar de lo contradictoria que puede parecer esta situación, la ley que regula las pensiones no contempla este tipo de casos. Tan solo dice que el beneficiario debe ser menor de 21 años y padecer una discapacidad que le impida trabajar.

En este caso, el joven parricida sufre una esquizofrenia de tipo paranoide que le eximió de responsabilidad penal, por lo que se ordenó su ingreso en un centro psiquiátrico durante un plazo máximo de 20 años.