El Espacio Joven de Valladolid acoge desde mañana dos exposiciones sobre los fotógrafos Alberto Medina y Marta Guijarro

El Espacio Joven de Valladolid acoge a partir de mañana una nueva exposición con fotografías de Alberto Medina y de Marta Guijarro, ambos vallisoletanos y que ofrecen puntos de vista muy diferentes de sus salidas al extranjero.
Una De Las Fotos De La Exposición De Marta Guijarro
Una De Las Fotos De La Exposición De Marta Guijarro
ESPACIO JOVEN
Una De Las Fotos De La Exposición De Marta Guijarro

El Espacio Joven de Valladolid acoge a partir de mañana una nueva exposición con fotografías de Alberto Medina y de Marta Guijarro, ambos vallisoletanos y que ofrecen puntos de vista muy diferentes de sus salidas al extranjero.

Alberto Medina exhibe una colección de miradas de niños y niñas de diversos lugares del planeta por los que ha viajado intentando mostrar a través de ellas la realidad en la que viven.

Marta Guijarro es una estudiante vallisoletana de imagen y sonido que muestra por primera vez su trabajo en el Espacio Joven dando un paso mas, puesto que su trabajo ya es conocido en algunos de los locales y bares vallisoletanos donde muchos artistas dan a conocer su trabajo.

En 'Rúas', Marta Guijarro indaga en sus grandes pasiones: rincones y objetos olvidados, pequeños detalles de las grandes urbes en los que muy poca gente repara ya sea por desinterés o porque se funden perfectamente en la imagen de la ciudad formando un todo.

En esta colección, se muestran imágenes principalmente de Oporto, pero también se contemplan otras pequeñas ciudades cercanas, situadas en el norte de Portugal, como son Barcelós o Guimaraes. que aún valoran el sabor de los viejos locales comerciales y artesanos, que resisten al avance de una insulsa y monótona modernidad.

En 'Miradas del Mundo' Alberto Medina recopila fotografías que se centran en las miradas de los niños de distintos países por los que he viajado, intentando transmitir con ellas la forma en la que viven su mundo, su forma de entenderlo, en ocasiones aislados de la realidad, sumergidos en su inocencia, pero en otras ocasiones con más sentido de la madurez de la que cualquier adulto pudiéramos hacerlo.

Este reportaje le ha costado 10 largos años de aventuras por todo el mundo, en más de 20 viajes. El resultado final es una exposición muy llamativa y con un sentido muy profundo de la recapacitación porque, al fin y al cabo se trata de trasmitir a la gente que, a pesar de estar separados por miles de kilómetros, todos los niños tienen algo en común: que la mirada de la inocencia de un pequeño es la misma en todo el mundo.

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