El concejal del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Gijón, Francisco Blanco, ha justificado este martes el voto en contra de su partido al proyecto de Presupuestos para 2012 al argumentar que no es el que necesita la ciudad y por confundir las prioridades. Al no poder presentar una enmienda a la totalidad, solo cabe votar en contra, según él.

Así lo ha explicado en la rueda de prensa posterior a la Comisión Extraordinaria de Hacienda en la que se aprobó el documento completo de presupuestos para 2012. Blanco ha reiterado que el reducir endeudamiento no es un problema que tenga Gijón y ha criticado que se haga además de forma "excesiva y desproporcionada", al tiempo que se usa como excusa por el Equipo de Gobierno para desatender los problemas reales y concretos de los ciudadanos.

Blanco ha incidido en que puede ser una política adecuada para otras administraciones u otros municipios pero no para Gijón. También ha apostado por mirar cuáles son las posibilidades y necesidades de la ciudad para hacer la política económica que procede y no "a la moda" de lo que se hace en otros lugares, que no tienen que ver con Gijón. Es por ello, que volverán a votar en contra en el Pleno municipal del día 13.

Ha recriminado, además, la subida del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), que pasa del 0.48 aprobado por el Ayuntamiento al 0,572 marcado por el Gobierno central, cuando el PP había prometido bajar impuestos en la campaña electoral. Este incremento supondrá en el caso de Gijón un aumento del tipo impositivo de casi el 20 por ciento, según él. El edil ha adelantado que al menos se verán afectados la mitad de los inmuebles urbanos y está por ver cómo se aplica a otros como garajes.

Ha considerado, además, una incoherencia que el PP y Foro hablen de apoyar el comercio cuando la subida del IBI afectará también a los bajos comerciales. Para él, es una "tomadura de pelo" el subir impuestos bastante para repartir un poquito de esta recaudación en subvenciones a los comerciantes. Lo más grave, a su juicio, es que, los gijoneses pagarán los "platos rotos" de otros ayuntamientos con mala gestión pero que han preferido "no dar la cara", y ha puesto de ejemplo las alcaldesas Ana Botella en Madrid y Rita Barberá en Valencia.